Voyeur es obra de la alicantina Patricia Jordá que, con casi 150 funciones, se ha representado con éxito en Madrid y, ahora, da el salto al teatro de Barcelona. El texto de Jordá nace a partir de la inspiración que fluye en los casos que ha tratado personalmente (puesto que también es psicóloga y terapeuta sexual) con situaciones que, sobre el escenario, pueden divertir o incomodar a los espectadores.

«Puede entenderse como una comedia sexual con encuentros entre personajes donde la sexualidad es mucho más amplia, puesto que como digo el sexo empieza mucho antes de meterse con alguien en la cama, y puede ser con una conversación, una mirada, un juego entre dos personas que se desean... y ahí están los juegos para que se fomente el erotismo, que no es sexo explícito», comenta Jordá, quien agrega que para algunos de estos textos que se recrean en Voyeur, se ha inspirado «en una de las cuestiones que más se plantean en terapia de pareja, y que es la falta de deseo en una relación de largo recorrido, esa desidia que puede aparecer cuando pasa el tiempo y sale la rutina. Y un poco bajo esa premisa me he basado en casos reales, utilizando algunos conceptos de terapia sexual como en tener relaciones más creativas, no hacer siempre lo mismo, opciones de juego, estimular otros órganos que no sean siempre los genitales, porque el sexo es algo más que el tema físico».

Patricia Jordá admite que, pese al éxito con que ha sido acogida la obra en sus numerosas funciones, se han producido momentos especialmente tensos en algunas representaciones. «Por lo general, la recepción es buena. Se divierte, lo pasa bien, se incomoda, se ríe, porque tú puedes ver algo en la tele, y bueno, no pasa nada, pero en el teatro, en vivo, es hasta cierto punto impactante, una incomodidad que se rompe también con la risa... el teatro tiene otros códigos que te lo permiten, tratamos de ser elegantes con ello», apunta la actriz alicantina, quien reconoce por otro lado algunos casos más conflictos con espectadores que se han levantado literalmente a media función.

«Hay gente que se ofende y se levanta del asiento porque hay encuentros homosexuales. Y sí, esto todavía pasa. En los vídeos de la promoción de la obra, hay varios chicos besándose, y por eso incluso hay comentarios homófobos. Sucede, no es en la mayoría de los casos, pero pasa. Pero por lo general la gente se lo pasa bien, y la acogida es positiva. El público también es muy variopinto, viene gente más joven, que se siente identificada con algunos planteamientos de la obra, y también hay otra gente más mayor que no se sorprende ni se escandaliza».

Por otro lado, la alicantina Patricia Jordá protagoniza la película Marisa en los bosques, del director Antonio Morales, que no solamente aspira a la Tesela de Oro del Festival de Cine de Alicante, sino que también ha cosechado numerosos premios y nominaciones de otros certámenes nacionales e internacionales.

Jordá, encantada con este paso adelante en su carrera con el séptimo arte, indica que «Marisa es un personaje que está muy volcado con los demás, y el hecho de preocuparse del problema de los otros es también una manera de huir de sus propias dificultades vitales. Por eso digamos que la película es como un vía crucis de su propio dolor interno y psicológico, de perderse en el bosque de su mundo interior, en las dificultades de la ciudad, porque ella es también dramaturga, se dedica al teatro independiente, no tiene pareja, tiene más gastos que ganancias... Está perdida en el bosque de la gran ciudad y en el bosque de sus propias emociones».

En este sentido, para Jordá, Marisa en los bosques está encandilando al público y la crítica «por el lenguaje propio de Antonio (Morales), un universo muy particular, onírico, lo mágico, que también refleja lo irreal y real de un problema que surge en nuestra generación, y eso le da una atmósfera muy encantadora a la película, una filtración de la realidad que tiene que ver con la ensoñación, una tragicomedia con humor, con un humor muy particular sobre Madrid, y unos personajes muy singulares».

La película ha sido recomendada en Días de cine, el prestigioso programa de La 2, aunque también ha sido muy aplaudida en certámenes de Estados Unidos o Uruguay. «Es de corte absolutamente independiente, se ha hecho con cabezonería, con mucha pasión, por la necesidad de hacer cine... nos involucramos todo el equipo desde la fe, el amor al arte, el amor al cine, a la creación», concluye Jordá, que asistirá a la próxima proyección y estreno del filme en Alicante.