No es un libro más sobre Miguel Hernández. Es un texto para que «llegue el poeta del pueblo al pueblo que tanto amaba». Por eso, el periodista y escritor alicantino José Manuel Carcasés quiso acercarse a la figura del escritor oriolano de una forma llana y sencilla, para contar al lector anécdotas de su vida recopiladas tras un arduo trabajo de investigación. Así surgió 75 curiosidades de Miguel Hernández, editado por la Diputación de Jaén, precisamente en el 75 aniversario de su muerte.

«Han salido libros muy exhaustivos, concienzudos, se han impartido muchas conferencias, y eso es fantástico, pero yo quiero que todo el mundo lea este libro, que llegue a todos», afirma Carcasés, Premio de la Crítica Literaria de la Comunidad Valenciana 2010 por su estudio Miguel Hernández, periodista.

Más de un año dedicó a leer, releer y recopilar los datos. Como resultado, 180 curiosidades sobre el poeta, que finalmente redujo a las 75 que ahora ven la luz. Entre ellas, que Miguel Hernández fue futbolista en el Orihuela, donde le conocían como El Barbacha, «porque sus movimientos eran lentos como los de un caracol», y compuso hasta el himno del equipo, «inspirado en el chotis La Puerta de Alcalá».

También que quiso estudiar periodismo o que vio por primera vez el mar a los 21 años, cuando fue a Alicante para intentar alistarse pese a que había resultado exento. El libro recoge el primer amor del poeta, una costurera llamada Carmen Samper, que no le hacía mucho caso porque «tenía ojos de loco», según ella misma reconoció muchos años después. Ojos prominentes, que no se cerraron cuando murió, porque sufría hipertiroidismo.

Cinéfilo empedernido, «afición que no compartía Josefina Manresa», asegura Carcasés, sentía admiración por Greta Garbo, Joan Crawford, Marlene Dietrich o Chaplin.

Otra anécdota que recoge el libro es que iba a las entrevistas de trabajo en espardeñas y sin calcetines. «Josefina contaba que le daba vergüenza ir con él a comprar porque no quería zapatos; eso a Aleixandre le hacía gracia pero a Lorca le fastidiaba, no lo soportaba, pero es que Miguel Hernández no renegaba de quién era, le gustaba ser paleto, no pasa nada; soy de pueblo, decía siempre; tiene una integridad que otros no tienen».

El autor del libro recoge el carácter autoritario del padre del poeta. Hasta el punto de que cuando le anunciaron que había muerto en la cárcel afirmó «él se lo ha buscado».

Precisamente en prisión, en algunas de las 16 que pisó, fue donde aprendió a jugar al ajedrez y también a defenderse en inglés.

Parte fundamental del libro la aportan las 17 ilustraciones del artista Santiago Ydáñez, que recoge en grandes obras que luego han pasado a papel a personajes y elementos que han formado parte de la vida del poeta. Vicente Aleixandre, Juan Ramón Jiménez, Josefina Manresa, García Lorca, Sánchez Mejías, Alberti... todos ellos pasan por el tamiz creativo de Ydáñez, con un conjunto de obras que Carcasés espera que se puedan mostrar en una exposición.

«Es un libro sin pretensiones, pero con sencillas palabras que las arrastran esos vientos que 'esparcen el corazón' y 'aventan la garganta'», destaca el autor, que espera que la obra se presente en breve.