Ignacio Echeverría murió al intentar proteger a una mujer de los yihadistas que, cuchillo en mano, sembraron el terror en junio del 2017 en Londres. Echevarría, que nació en Ferrol pero se crió en Madrid, trabajaba en el banco HSBC como analista de prevención de blanqueo de capitales. Y era, además, un aficionado al monopatín, al skate. De hecho, las imágenes de Echevarría golpeando a los yihadistas con su única arma, el monopatín, tratando de salvar las vidas de los viandantes atrapados por los ataques, conmocionó a todo el mundo.

Casi un año después, una escultura-grafiti recordará su ejemplo y heroísmo, su dignidad frente al terror más criminal y cobarde. Será en el parque skate de la playa de San Juan con una obra del grafitero alicantino Tom Rock, y en la que se puede ver su rostro sobre un monopatín de hierro en lo alto.

«Ignacio es nuestro mejor ejemplo. Un ejemplo para todos y, cómo no, también para los jóvenes. Y qué mejor manera también de hacerlo que recordando con esta obra su nombre cuando se enfrentó a los terroristas», afirma el alicantino Tom Rock, artista referente del grafiti en España.

«Es un monumento que emociona, que nos sirve a mí y a todos para que, cuando pase el tiempo, los años, siempre se recuerde, y siempre se sepa qué pasó», agrega Tom Rock sobre esta escultura compuesta por dos piezas, la serigrafía con el rostro de Ignacio Echeverría, el «héroe del monopatín», y una de hierro que hace de soporte y otra más que corona con el skate. «La figura está prácticamente lista, y solo queda que se oxide un poco la parte superior, la de hierro. En breve se podrá instalar», matiza.

La pérdida de Ignacio Echeverría se vivió con intensidad en todo el mundo, y de ahí que numerosos medios de comunicación le dieran a conocer como el «héroe del monopatín». Las reacciones fueron múltiples en todos los ámbitos, desde las instituciones políticas a las culturales. Y, en este sentido, Joaquín Sabina le dedicó una canción en un concierto que se celebró a los pocos días del atentado; la Real Federación Española de Patinaje le concedió la Orden del Mérito; y la Casa Real citó su valentía en la batalla contra el terror del terrorismo yihadista.

Según la asociación cultural Alicante Vivo, la tatarabuela de Ignacio Echeverría fue la alicantina Marta Barrie y Labrós (1843-1883), que da nombre a una calle del barrio de las Carolinas. Barrie y Labrós era «hija del cónsul de Inglaterra en Alicante Benjamin Barrie y Downie, propietario de los terrenos que fueron adquiridos por Los Diez Amigos para levantar el barrio de Benalúa».

Cabe recordar que la denominación del Parque Ignacio Echeverría en Alicante se llevó a cabo con el respaldo y apoyo de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Alicante a excepción de Guanyar, que se abstuvo.