El festival de música negra Eat my Soul se toma un respiro este año después de nueve ediciones consecutivas en Alicante. La cooperativa cultural Mistos, organizadora de este encuentro con la cultura popular afroamericana, ha decidido finalmente darse un descanso para «reflexionar» sobre futuras citas al ver «inviable» su celebración en mayo en Alicante.

El coste de llevar a cabo un festival de estas características, que el pasado año superó los 25.000 euros, unido a la escasez de ayudas institucionales a esta iniciativa -solamente la Concejalía de Cultura aportó en los dos últimos años 3.000 euros en sendas convocatoria de ayuda a eventos- y a la disminución de la afluencia de público en la pasad edición, con una bajada aproximada de un 20 por ciento de espectadores en los conciertos organizados, han pesado en la decisión de «dejar en barbecho» un año el festival.

Alejandro Tévar, responsable de Mistos, apunta que Eat my Soul «cumplía este año diez ediciones y queríamos hacer algo muy especial, pero para hacer algo soso o que no esté a la altura hemos preferido esperar un año y celebrar la décima en condiciones el próximo año», al tiempo que considera este descanso como una «llamada de atención» también al público y a las instituciones en aras a que no desaparezca.

El festival Eat my Soul se viene celebrando desde 2012 -entre este año y 2014 se celebró de forma bianual y con el nombre de Semana de la Música Negra- en Las Cigarreras de Alicante, donde también se instalan food-trucks, exposiciones o mercadillos como actividades vinculadas al festival.

En él se rinde homenaje a todas las ramas de la música africana y sus derivaciones, como el jazz el blues, el rocksteady, el soul, el swing, el funk, el R&B o la música jamaicana, como el pasado año, y por él han pasado figuras difíciles de olvidar como King Khan, o los octogenarios Lee Scratch Perry o Albert Minott que falleció un mes después de dar su último concierto en Alicante.