Isidro, relato del campo de concentración de Albatera es el título del último libro de la catedrática de Geografía e Historia Isabel María Abellán. La escritora, natural de Cartagena, presenta el jueves de 22 de marzo a las ocho de la tarde en la librería 80 Mundos de Alicante su novela, «íntegramente basada en hechos reales» y que surgió, siempre según Abellán, «a raíz de encontrar, en 1991, en los archivos de la Fundación Pablo Iglesias de Madrid, los planos» del campo situado entonces en término municipal de Albatera, hoy San Isidro. De ahí que sea el alcalde de esta localidad de reciente creación, Damián Sabater, quien la acompañe en la presentación, junto al director de la Cátedra Miguel Hernández, Francisco Esteve.
El citado plano «estaba en una de las hojas dentro de un sobre, con su ubicación exacta», explica. «Inicié un trabajo muy lento y difícil de investigación porque en la década de los 90 nadie quería darme información sobre lo que allí sucedió. Es más, a la gente mayor a la que preguntaba negaba que allí hubiera habido nada parecido. También lo negaba el alcalde de Albatera de aquellos años. Todo el mundo. Salvo un anciano, que una semana antes de morir, quiso hablar conmigo para contarme lo que él sabía que allí sucedió», cuenta la escritora, que consiguió, «con muchísima dificicultad», reunir información suficiente para escribir un primer libro, que también tuvo forma de novela, La línea del Horizonte. Esa obra se agotó rápidamente y será reeditada este marzo.
Superviviente de 93 años
En 2009, la investigadora acudió a San Isidro invitada por los organizadores de las Jornadas que se celebran desde el 2008 para rendir homenaje a los que sufrieron represión y muerte en el campo.
Fue allí donde «tuve la inmensa fortuna de conocer a Isidro, un superviviente de 93 años. Él estuvo en el campo desde el primer día hasta casi el último. Su testimonio es increíble. Una bellísima historia de amistad y solidaridad en la adversidad. Isidro no sólo salvó su vida con su enorme fuerza de voluntad y su extraordinaria inteligencia, sino que consiguió salvar la de muchos presos. ¿Cómo lo hizo? Para averiguarlo hay que leerse el libro», subraya la autora, que dispone de una página web con más información sobre sus trabajos: www.isabelmariaabellan.es.
Isidro murió con 95 años. «Yo aún no había terminado mi libro sobre su vida, aunque él prácticamente lo había leído entero, salvo los últimos capítulos, porque aún no los había escrito. Días antes de su muerte, su hijo César me llamó para que fuera a despedirme de él. Fue durísimo. Lo que me más me entristecía fue no haber sido capaz de terminar su novela en vida y presentarla con él presente. Le prometí que haría lo imposible, lo que hiciera falta, por dar a conocer su historia y la de todos los miles y miles (se calculan más de veinte mil) hombres que padecieron hacinamiento, hambre, sed, enfermedades, maltrato y muerte. Todos los días al amanecer había fusilamientos. Murieron muchísimos», concluye.
