Tras la muerte del cineasta, su familia ofreció a las administraciones públicas, entre ellas a la Generalitat, la constitución de una fundación para catalogar, estudiar y conservar todo el material acumulado en su casa. «La administración valenciana no tiene un duro y no va a hacerlo, pero creo que hay fundaciones o instituciones privadas, como la Caixa o Mercadona, que podrían contribuir a darle a todo ese material el valor que merece», señalaba ayer su hijo. «Mi padre es el narrador más importante de la España del siglo XX y estoy convencido de que algún día se le estudiará como ahora se estudia a Quevedo o Cervantes».