Cuando afirma: «No puedo decir que no soy profeta en mi tierra», Sol Picó se refiere a Alcoy, donde nació y donde ha ido presentando todos sus espectáculos. Otra cosa es hablar la ciudad de Alicante y, sobre todo, del Teatro Principal. Diez premios Max y el Premio Nacional de Danza 2016, entre otros muchos reconocimientos, no han sido suficientes para que esta bailarina y coreógrafa, uno de los grades referentes de la danza contemporánea, pise el escenario del teatro alicantino. Hasta hoy, cuando está tarde se ponga por fin de puntillas en este espacio.

Y también cuando mañana reciba el Laurel de Oro de la Universidad de Alicante y cuando presente la Jove Companyia de Dansa, como coreógrafa de su primer montaje. De repente, asegura, «todo junto». «Es impresionante, no me esperaba tanto reconocimiento de Alicante», asegura la bailarina afincada en Barcelona.

Que una compañía de danza contemporánea pi-se el Principal «no es lo habitual», así que «parece que las cosas están cambiando, da la sensación de que la cultura en Alicante se está abriendo a nuevas cosas».

Sol Picó se subirá hoy al escenario del Principal, a partir de las 18 horas, con el espectáculo We women, una propuesta que ella misma dirige y en la que actúa junto a Adele Madau, Lina León y Marta Robles. «No podía imaginar cuando la estrene hace dos años que un montaje con tanto elenco -también hay músicos- y tan complicado iba a funcionar tanto... sobre todo porque la temática está de moda, desgraciadamente».

El tema de los derechos de la mujer y la violencia de género«siempre ha estado presente en mi trabajo, pero en este espectáculo he entrado de lleno». Tanto es así que la semana pasada fue la encargada de leer en Barcelona el manifiesto del Día Internacional contra la Violencia de Género. «Tiene que haber empoderamiento, la mujer tiene que tener fuerza para defender el derecho que le corresponde, pero en masa; todas las mujeres tenemos que preservar la naturaleza de la mujer y los derechos en todos los ámbitos de la vida». Aunque, eso sí, «no quiero ser la moralina de nadie, simplemente incito a la reflexión con temas que se queden en nuestras almas y nuestros corazones, además de disfrutar de la danza y de la ironía, porque creo que la vida hay que tomársela con valentía y con humor».

Pero Sol Picó también quiere mirar desde el otro lado. Y de ahí surgió Dancing with frogs, que aborda el mundo de los hombres en el siglo XXI. «Era necesario hacernos la pregunta de qué pasa al otro lado de la calle, qué piensan, qué opinan, cómo sienten». Esta, quizás, «podría ser la siguiente que se viera en Alicante».

De momento, sus próximas citas en la ciudad son mañana. Una con la Jove Companyia de Dansa y otra con la Universidad de Alicante. «Ver que se monta una compañía de danza aquí y poder colaborar con ella me abre una sonrisa inmensa, me parece maravilloso para que la gente joven no tenga que estar siempre marchándose fuera porque aquí no interesa la cultura, estamos siempre en el límite y es una pena porque al final uno acaba cansándose». Y espera que tenga mucho futuro. «La iniciativa es buena, pero lo más importante es que tenga continuidad».

El Laurel de Oro de la UA, máxima distinción honorífica de esta universidad, lo recibirá precisamente en el Teatro Principal, de manos del rector, Manuel Palomar, y será la bailarina ilicitana Asun Noales la encargada de leer la laudatio.

Después Sol Picó volverá a Barcelona. Le espera una nueva producción que va a posponer hasta 2019 «porque es mucho esfuerzo» y cerrar fechas con dos grandes festivales internacionales, además de seguir «en danza» con nada menos que cinco producciones.