? Bajo una identidad musical «compleja» que ha mutado varias veces en los últimos 25 años y que lo ha convertido en uno de los autores imprescindibles y más singulares del pop-rock español, Xoel López vuelve a desnudarse en un disco incardinado en Madrid, en la infancia y, de nuevo, en la osadía creativa. «Nunca pensé que mis sueños me llevasen a mi pan», reconoce el músico gallego en una charla en la que explica que, cuando tal cosa sucedió, tuvo que aprender «a lidiar con ese yin yang de hacer algo porque es tu trabajo cuando antes era solo una vía de escape y ser capaz de seguir ejerciendo una libertad casi infantil en lo creativo».

Esa idea de «los contrarios entrelazados» está presente en la portada de Sueños y pan, que se publica este viernes y constituye su tercer disco de estudio desde que abandonó la identidad más pop de Deluxe y consolidó una identidad propia basada en «una amalgama» que combina su pasado musical con colores de folk gallego y latinoamericano, entre otras cosas. Así entiende él llevar «la libertad como bandera». «Y mi trabajo me cuesta, porque requiere todo un esfuerzo en una sociedad que parece tender a acomodarlo todo en el mismo sitio siempre», opina. Claro ejemplo de ello es un tema como Serpes, que difícilmente se adapta a algún patrón estilístico conocido, que está cantado en gallego y que incluye hacia el final un largo solo de guitarra «cuando parecen que están demodé». En él apela a su memoria infantil, a aquellos veranos junto a sus tíos en la Sierra del Caurel de Lugo, lo cual es fruto a su vez de una paternidad que lo ha reconectado con su propia inocencia y «falta de prejuicios», además de inspirar otros cortes como el inicial Jaguar o el cierre, la nana Durme, dedicados a su hijo.