¿Se imagina cómo sería su vida si no hubiera publicado Instrumental

Quién sabe. Tal vez más tranquila. No habría pasado por 18 meses de litigio y casi estaría muerto. Pero estoy muy contento de haberlo escrito y de haber luchado para que se publicara.

Confiesa que la música clásica le salvó la vida tras sufrir abusos sexuales, depresiones e intentos de suicidios. ¿Recibe mucho feedback de personas que han vivido situaciones parecidas?

Recibo miles de correos electrónicos y mensajes. Es increíble. Hay tantas personas que han pasado por cosas similares o que están cerca de alguien que también ha pasado por eso... Es algo increíblemente humilde y también proporciona una gran sensación de unidad: nunca estamos solos, incluso cuando a veces nos da la sensación de que lo estamos.

Desde que publicó ese libro su vida es un continuo ir y venir de conciertos y firmas de libros. ¿Se ha acostumbrado a ese ajetreo?

Siempre estuve de gira, durante mucho tiempo, antes de Instrumental. Cada vez que me sorprendo quejándome de ello me detengo y recuerdo que esto es lo que siempre he querido. Y me doy cuenta de lo afortunado que soy.

Creo que se ha quedado a vivir en Madrid de lo bien acogido que se siente en España...

¡Sí! Vivo en Madrid y me encanta la vida aquí. Voy mucho a Londres y, como dices, viajo mucho a otros lugares. Pero Madrid y España me hacen sentirme como en casa. Es un país hermoso y muy especial para mí.

Incluso con la crisis que estamos viviendo ahora...

Creo que el mundo entero está experimentando una crisis. ¡Abre el periódico! Pero mi experiencia en España es de mucho cariño, amabilidad, empatía, generosidad, calidez y sol. Y de una comida realmente buena.

Sus conciertos no son los habituales en la música clásica, comenta las piezas y explica sus sensaciones al público. ¿Por qué esto es una excepción hoy?

Desearía que más gente lo hiciera. Para mí se trata de darle un contexto a la música que estoy tocando y luego apagar las luces y permitir que las personas escapen y desaparezcan durante una hora más o menos. Es algo bastante complicado de hacer, pasar de tocar a hablar, y tal vez por eso otros músicos no tienden a hacerlo. Pero para mí vale la pena.

Y su público tampoco será el típico.

Está muy mezclado. De 4 a 94 años y todo lo que hay entre medias. Mucha gente en su primer concierto, mucha gente que ha leído el libro, muchos que no. Una mezcla completa. Es maravilloso.

¿Considera su mayor logro acercar la música clásica al público joven?

No estoy seguro. Estoy encantado de que más personas escuchen esta música porque puede cambiar tu vida. Y de verdad que odio el hecho de que tanta gente intente mantener la música clásica para un «cierto tipo de público».

En su segundo libro proponía aprender a tocar a Bach en seis semanas. ¿Qué prepara con el próximo, Fugas

Fugas trata de cómo soy, más de quién soy. De cómo creo que todos somos. Espero que sea un libro que la gente pueda leer y piense: «Sí, yo también soy así». Sentirse solo, asustado, ansioso, pensando demasiado, perdiéndose los momentos felices. También trata de música, por supuesto. Es un diario de viaje, una carta de amor a España, un libro sobre cómo lidiar con la locura de la vida de hoy...

Hace unos días tocó en Alicante el pianista Daniil Trifonov. El listón está alto...

Es increíble. Me encanta su forma de tocar. Ojalá hubiera estado allí para verlo.