Entre el recuerdo del maestro José Estruch, la ironía de Dario Fo, el baile canalla de Clandestino y la reivindicación de la palabra de Mario Gas ante la situación en Cataluña transcurrió ayer la gala de entrega de la segunda edición de los Premios Estruch, los galardones instituidos por el Teatro Principal de Alicante y el Instituto Gil-Albert que en nombre del profesor y director teatral alicantino distinguen a los mejores autores, montajes e intérpretes que pasaron por el coliseo alicantino durante la pasada temporada.

A pesar del peso de los galardonados y de ser un acto de entrada gratuita, la juventud de estos premios, quizá aún no del todo conocidos por la ciudadanía, hizo que ayer se cubriera la mitad del aforo, en una ceremonia ágil presentada por la alicantina Mila García, miembro del jurado que eligió a los galardonados junto a Marisol Limiñana, Marina Torrecilla, Elena Candela, Antonio Díez-Mediavilla, Juan Antonio Ríos Carratalá, Marc Llorente, José Ferrándiz Lozano y Paco Sanguino.

Con la sola ausencia de Concha Velasco -que no pudo acudir a la gala por coincidir con la grabación de Cine de barrio- los premiados representan la excelencia de las artes escénicas actuales, que en esta ocasión tuvo en Incendios Incendiosa la galardonada como mejor producción y mejor dirección teatral por Mario Gas. Esta obra, del libanés Wajdi Mouawad, fue llevada a escena por Ysarca Producciones y Fundación Teatro de la Abadía con un reparto encabezado por Nuria Espert, de quien la productora Pilar de Yzaguirre dijo que «sin ella, todo habría sido mucho más difícil», tras recibir el galardón, que también agradeció a Mario Gas -ambos celebran hoy un encuentro con el público en el Gil-Albert a las 19.30 horas-.

Gas se mostró «muy honrado» de ganar un premio «con el nombre de alguien tan potente y admirado por tanta gente» a una obra «de texto magistral» que habla «de guerras, de enfrentamientos, de violencia» pero también «de perdón, reconciliación y aprendizaje». El mensaje de Incendios dio pie al director, «como ciudadano que trabaja con las palabras», a reclamar diálogo en la crisis de Cataluña: «Mentiría si dijera que no estoy preocupado como catalán, español, europeo y ser humano. ¿Qué hace falta para que los que dirigen hablen? No hay patrias, ni banderas, hay personas, individuos», afirmó.

Otros dos galardones se llevó Reina Juana: mejor interpretación principal de Concha Velasco y mejor texto dramático de Ernesto Caballero, que este pasado fin de semana presentó en el Principal El laberinto mágico. Caballero recibió de manos de Ferrándiz Lozano la llàntia -la lámpara de aceite creada por Morán Berruti en colaboración con el MARQ-, que agradeció especialmente a Concha Velasco y a Gerardo Vera, así como «a esta ciudad, al teatro y su público y a su profesión, que conozco bien».

El premio de Velasco fue recogido por la joven actriz Alba Martínez, del taller de teatro de Sant Joan, que en su nombre recordó a «todas las mujeres que se representan en un escenario», mientras que el mejor actor de reparto fue Armando Pita por su papel de maestro de ceremonias en Cabaret, un espectáculo de Son Producciones cuya labor destacó en pro de los musicales en España y concluyó con un «¡Viva el teatro!».

Ananda Dansa coronó su año de premios con Pinoxxio Pinoxxioy recibió la llàntia a la mejor producción valenciana de la temporada. Rosàngeles y Edison Valls destacaron la importancia del galardón promovido por el Principal de Alicante, «que ha logrado resurgir cual ave fénix y se ha convertido en un paradigma en el ámbito nacional por su impulso a la creatividad» y recordaron que el pasado año este premio recayó en otra compañía de danza, OtraDanza, responsable de las piezas de Clandestino, intercaladas ayer entre los premios: «Es fantástico pensar que el interés por la danza crece».

Mila García puso el broche de oro a la gala con un fragmento contra la violencia a las mujeres de La mujer sola. Una gala que reunió a los responsables del tripartito en el Ayuntamiento de Alicante -Gabriel Echávarri, Miguel Ángel Pavón y Natxo Bellido-, aunque se sentaran por separado, además de los ediles Daniel Simón y Julia Angulo. Tampoco faltaron el director del Institut Valencià de Cultura, Abel Guarinos, y la delegada en Alicante, Alicia Garijo, ni el diputado de Cultura, César Augusto Asencio.