El director de cine norteamericano William Friedkin, realizador de filmes como French Connection o El exorcista, dijo ayer en Sitges que «el cine, como lo conocíamos en Estados Unidos, está muerto». Friedkin, que recibió el Gran Premio Honorífico del certamen, explica que «se ha pasado de una gran pantalla a ver cine en una tableta o en un teléfono inteligente» y aún va más allá en sus críticas cuando dice que «el cine estadounidense consiste en hombres y mujeres que van volando, llevando máscaras y mallas. Igual tendría que venir a Cataluña y salvar el referéndum», bromeó, tras. pedir una «solución pacífica y diálogo» en Cataluña, y recordó que «EE UU también tuvo su revolución y no fue legal». A su juicio, «el cine son cómics y absoluta fantasía, con escasas excepciones» y frente a este panorama percibe que «aunque la televisión continúa con sus comedias de situación, sus series de abogados y policías, hay Netflix y Amazon, que ofrecen más oportunidades que las compañías cinematográficas, que sólo quieren asegurarse sus beneficios». Friedkin es consciente de que «el público cambia sin parar»: «No sé si las que hice hace 45 años ahora tendrían éxito, porque ahora hay una nueva generación». Considera el director de A la caza que «la idea de lo que es una buena película, de lo que es un clásico, es absolutamente subjetiva» y añade que «las nuevas generaciones pueden ver Batman, Superman, Stupidman, pero para mí es como darle opio a los ojos».