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Revolución poética en Facebook

La escritora alicantina Irela Perea ficha por Planeta y publica El amor y las leyes de Newton a raíz de la cantidad de «likes» y la buena crítica cosechada con sus textos en las redes sociales

Irela Perea es una escritora alicantina en la Revolución poética del Facebook. Es decir, con su obra, con sus creaciones, pequeñas poesías que remueven el corazón, breves relatos que suscitan el alma, ha seducido a un amplísimo público (la mayoría, jóvenes lectores) con el que ya acumula más de 110.000 seguidores en las redes sociales.

El fenómeno literario captó la atención de Planeta, especialmente por los «likes» que reaccionaban a las publicaciones de Perea, y sobre todo por su valor poético, por la dimensión literaria de sus textos, capaces de estremecer. De hecho, la crítica le define como la «poeta urbana de éxito en internet» que, ahora, se mide el mercado editorial con la publicación de El amor y las leyes de Newton.

«Soy una chica que escribe desde siempre, que vivía en un pueblo de provincias, era profesora de secundaria, y nunca llegué a soñar que me leyera tanta gente o que me publicara una editorial importante. Pero abrí un blog, y después una página de Facebook, y aunque al principio pensé que nunca reuniría los 50 "fans" que Facebook te exigía para ofrecerte estadísticas, en cosa de un año me vi apoyada por más de 100.000 personas, que compartían mis textos y así llegaban a más de un millón de lectores. Es una locura, pero una locura maravillosa que solo ha sido posible gracias a las redes sociales», comenta Irela Perea, especialmente feliz por todas estas reacciones a sus creaciones que, incluso, son recitadas por jóvenes youtubers en sus canales personales.

«No he perdido el asombro al ver cómo personas muy distintas de lugares dispares me cuentan que sienten exactamente lo mismo que dicen mis versos, y que habían sido incapaces de traducir en palabras. También me asombra, y me alegra hasta el infinito, observar cómo la poesía es vivida por las masas con un entusiasmo al que no le encuentro precedentes. Me siento inmensamente agradecida con cada persona que hace suyas mis letras, y que les da vuelo. Así que eso siento: asombro, alegría y, sobre todo, agradecimiento», agrega.

Perea admite que estudió Filología Hispánica como «acto de amor verdadero a las letras», lo que fue sin duda el caldo de cultivo de su libro El amor y las leyes de Newton, ilustrado por Lady Desidia, y que según confiesa, no está estrictamente dirigido a un público joven: «Profesionalmente, me ha tocado muchas veces escribir para otros, desde notas de prensa hasta la tarjeta de felicitación del jefe. Pero este libro, cuando no era más que versos sueltos, lo iba escribiendo solo para mí, y para la persona que amaba. Nunca tuve consciencia de estar haciendo algo "para el mundo", y por eso es un libro muy sincero y visceral. Sí es cierto que, en la etapa de edición, quisimos que el libro pudiera llegar a los jóvenes, de manera que extirpamos los textos que consideramos poco adecuados o educativos, o con un contenido erótico inoportuno. Pero el abrirlo a los jóvenes no ha supuesto cerrarlo a ninguna edad, es perfecto para jóvenes de 14 o de 140 años».

Irela Perea escribe sin un horario preestablecido, aunque su biorritmo suele ser nocturno. De cualquier modo, su verdadero motor, la materia de su inspiración, es siempre el amor: «La realidad dentro de este libro ( El amor y las leyes de Newton) es un amor infinito, y creo que cualquiera que lo lea podrá advertirlo. Los detalles de esa historia de amor se pueden ir desgranando al pasar las páginas. La parte que es solo ficción un autor nunca la revela. Pero los detalles de ficción en este caso reconozco que son pocos, porque es un libro nacido de la sinceridad», comenta Irela Perea, quien asegura que su vocación en la escritura y la lectura, en la literatura, cabe buscarla en la niñez: «Lo que yo mejor recuerdo es que desde muy pequeñita leía mucho, muchísimo. Me llevaba los dos libros que permitían sacar a la semana de la biblioteca, y los cambiaba a la siguiente. Y el bibliotecario rompía una tras otras las tarjetas de cartón con títulos que me iba cuñando. No sé si es por eso, pero me encantaba escribir e inventar historias desde que puedo recordar. También me parece importante el hecho de haber tenido la suerte de toparme con profesores excelentes, tanto en el que fue mi colegio, San José de Cluny, como en el Instituto de la Mola, al que asistí. Me enseñaron mucho, pero sobre todo me alentaron y cuidaron siempre, me apoyaron y me hicieron sentir especial, y les debo todo lo que soy». afirma.

Perea entiende la poesía como un «grito de expresión anímica», «que si resulta curativa para alguien, eso lo atribuyo más a la catarsis poética que a mi propia intención o talentos», comenta sobre el debate de si la poesía se encamina al género de autoayuda. Sea como fuere, lo suyo es una voz emocional, cargada de poeticidad, que nos hace soñar y alcanzar lo imposible.

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