El papa Francisco restó ayer importancia al incidente en el que se golpeó el rostro durante un recorrido en el papamóvil por Cartagena de Indias (Colombia) e incluso bromeó sobre lo sucedido con el preocupado público y los periodistas presentes.

«Me di una puñada, estoy bien», dijo el pontífice a un periodista de Caracol Radio al salir de la casa de Lorenza, una humilde mujer a la que visitó en el barrio San Francisco de la urbe caribeña, según se ve en un vídeo de esa emisora.

Francisco sufrió un pequeño golpe en la ceja y el pómulo izquierdo al intentar saludar a un niño durante el recorrido en el papamóvil por esa barriada, lo que creó preocupación entre el público.

Tras haberse golpeado con el cristal del vehículo y de que una gota de sangre le manchara la esclavina o muceta, el papa recibió asistencia médica por parte del comandante de la Gendarmería Vaticana, Doménico Giani. En la casa de Lorenza le aplicaron hielo hasta que salió y se le pudo ver sonriente pese a las heridas.