De la Juilliard han salido figuras como los actores Kevin Spacey y Jessica Chastain, los músicos Chick Corea y Miles Davis, o el coreógrafo Henning Rübsam. La Alvin Ailey American Dance Theater se fundó en 1958 y ha reclamado a coreógrafos como Maurice Béjart, Paul Taylor o José Limón. Estas dos instituciones académicas conforman la élite del mundo de arte y en ambas estará el bailarín alicantino Gustavo Ramírez, que ha sido requerido para realizar sendas coreografías.

Un paso muy importante en Estados Unidos para este artista internacional que ya dirigió la compañía Dance Theater de Chicago entre 2009 y 2012, y que ahora se convertirá en el primer español en montar una coreografía para la Alvin Ailey. Este centro «es un hito de la danza contemporánea -asegura el bailarín - y además es la primera compañía del mundo donde solo bailaban afroamericanos». La fundó el coreógrafo y bailarín Alvin Ailey en 1958 y toda la danza que se ha hecho hasta hace poco «era creada por negros y para negros», por eso «es como un símbolo porque era su lucha por la igualdad».

De esta manera, Ramírez pisará territorio neoyorquino desde octubre hasta finales de diciembre, para trabajar «en dos de las instituciones artísticas más importantes que hay». En la Juilliard impartirá coreografía en el último curso, «a los alumnos que van ya al mundo profesional y voy a hacer la coreografía A picture of an instant, con la que quiero ofrecer como una carta de despedida de una etapa, porque yo sé lo importantes que son esos años, es un momento fundamental en su vida».

En el Alvin Ailey quiere hacer «un pequeño tributo», tanto a los grandes gestos como a los pequeños «que nos hacen ser mejores». En este sentido, afirma que «hay gente que está cambiando cosas y nuestro hijos deben ver el resultado de cosas que hemos hecho, por eso la pieza se titula Victoria, que significa el logro, el llegar al triunfo. También está relacionado con lo que está pasando en EE UU con Trump y quiero crear un espectáculo de danza para hacer que las cosas sean un poquito mejores».

Con más de 45 creaciones estrenadas en escenarios de todo el mundo y coreografías para algunas de las mejores agrupaciones, como la Compañía Nacional de Danza, Nederlands Dans Theater, Norrdans de Suecia, National Dance Company Wales, Scottish Dance Theatre o IT Dansa, el coreógrafo cree que lo importante «es trabajar a gusto, que te concedan lo que quieres, lo que necesitas para ponerlo en escena porque es tu juego, con lo que disfrutas, sobre todo de la mano de dos instituciones tan importantes».

Gustavo Ramírez contará con un asistente, el también bailarín Eduardo Zúñiga, que formaba parte de la Dance Theater de Chicago y que acaba de recibir dos premios en Rusia y en China. «Necesito ayuda porque son dos cosas al mismo tiempo y es todo un lujo que permitan llevar a otra persona; yo he sido director y he visto los números y es una locura».

El alicantino, nacido en San Fulgencio, creó además su compañía Titoyaya en 2006 con sede en Valencia, «aunque quiero traérmela a Alicante». Es su deseo, «pero nos está costando; en Elche tenemos las puertas abiertas pero aquí no está siendo nada fácil». De momento, el próximo 5 de octubre, justo antes de partir a Nueva York, estrenará nuevo espectáculo sobre el tema de los desplazados.

El próximo año le esperan también el Ballet Hispánico y el Ballet de Iowa en Estados Unidos. «Por un lado me da rabia tener que irme fuera, pero por otro estoy orgulloso porque son sitios estupendos. Con poder pasar medio año en Alicante me conformo».