El cineasta, productor y guionista Basilio Martín Patino (Lumbrales, Salamanca; 1930), uno de los principales directores españoles enmarcados en el llamado «cine de autor», falleció ayer en Madrid a los 86 años.

En sus cuatro décadas de carrera, Martín Patino aportó al cine un lenguaje y técnica narrativa innovadores en su época, siendo además pionero del documental en España.

Patino se formó en la Escuela Oficial de Cine de Madrid y durante un tiempo fue profesor en el centro que lo vio nacer profesionalmente, donde conoció a Mario Camus y Carlos Saura.

Debutó con el largometraje Nueve cartas a Berta (1965), uno de los títulos emblemáticos en la historia del cine español y que le valió la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.

De su filmografía destaca la trilogía que no pudo estrenar en España hasta la muerte del dictador Franco: Canciones para después de una guerra (1971), Queridísimos verdugos (1973), premiada en el Festival italiano de Taormina; y Caudillo (1974), que obtuvo el Gran Premio del Festival portugués de Figueira-Dafoz.

Tras su retirada, el movimiento 15M le impulsó a ponerse de nuevo tras la cámara para plasmar el movimiento en el documental Libre te quiero.

A estos galardones se añaden la Medalla de Oro de la Academia Española de Cine (2005) y el homenaje tributado en Cádiz por la Muestra del Atlántico «Alcances 2006» a todos sus documentales, así como la exposición sobre su carrera Paraísos (2006), celebrada en el Centro José Guerrero de Granada, y el doctorado «honoris causa» de la Universidad de Salamanca (2007).

Fue miembro del jurado de Festivales de Cine como los de Valladolid (Seminci), Venecia, Berlín o Karlovy Vary (República Checa), y se le reconoció con la Espiga de Oro de la Seminci de 2002 al conjunto de su obra, la Medalla de Oro de Salamanca (1996), el Premio a la Cultura de Castilla y León (2001), en el apartado de cinematografía y artes audiovisuales, y el Premio San Pancracio en Cáceres a toda una vida dedicada al cine (2004).