La edición genética o la posibilidad de modificar el genoma de un organismo ha revolucionado la investigación básica en los últimos años, explica el científico Lluís Montoliu, para quien el futuro de estas técnicas no está en aplicarlas en embriones sino en adultos con diversas enfermedades.

«Antes de pensar en modificar embriones, con los riesgos que conlleva, debemos investigar y desarrollar tratamientos de edición genética que puedan ser útiles para los pacientes de hoy», señala el investigador del Centro Nacional de Biotecnología y miembro del Comité de Ética del CSIC.

Para Montoliu, el futuro de la edición genética está en la terapia génica somática, una estrategia que si bien aún está en fase de investigación ha dado en los últimos años pasos importantes: su objetivo es introducir material genético específico en células -no embrionarias- para reparar genes dañados y combatir enfermedades.

«La edición genética puede dar esperanzas para curar enfermedades que no tienen cura», resume Montoli. No obstante, esto no implica que no se pueda investigar en embriones. El miércoles, científicos de EE UU, China y Corea del Sur publicaron en la revista Nature la corrección de una mutación genética en embriones, responsable de la miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad hereditaria que es la causa más común de muerte súbita en atletas.