El torero alicantino José María Manzanares ha puesto punto y final, al menos de momento, a la temporada. El diestro estaba aquejado últimamente de molestias en el cuello, aunque el matador no había dado demasiada importancia a la dolencia y pensaba que era algo pasajero

Sin embargo, tal y como desvela en su edición de hoy el diario «El Mundo», los dolores no sólo no han cesado, sino que se han extendido por el brazo izquierdo, por lo que el torero se ha sometido a una resonancia magnética en Sevilla que ha determinado que debe pasar urgentemente por el quirófano.

Según el diagnóstico, uno de los discos cervicales, entre el C-5 y C-6, oprime de tal modo la médula espinal que cualquier movimiento violento podría dejar al torero en silla de ruedas debido a que existe un desplazamiento medular severo que afecta neurológicamente a ambos miembros superiores, con predominio del izquierdo.

«El doctor Trujillo, que ya me operó de una hernia de disco, ha dicho que tengo que operarme el próximo lunes, que una caída, tal y como el disco desplazado oprime la medula, podría seccionarla y dejarme tetrapléjico», confiesa el diestro a «El Mundo», y «menos mal que lo han visto». De no ser así, Manzanares hubiera seguido con su temporada, «ahora que me encontraba tan a gusto». El matador será intervenido quirúrgicamente el lunes en Sevilla.

Las pruebas médicas confirmaron que las respuestas nerviosas de la extremidad, los reflejos, no eran los óptimos.«No es lo mismo que la anterior intervención de otra hernia de disco, pero habrá que esperar a que consolide el injerto. En unas personas tarda un tiempo y en otras...», dice el torero, resignado.

Esta noche tenía previsto torear en El Puerto de Santa María, el sábado en Huelva y el domingo de nuevo en El Puerto, aunque el diagnóstico de su dolencia ha dado al traste con estas corridas. «Aquí estoy, rumiando el disgusto con mi apoderado», asegura Manzanares en sus declaraciones al citado diario nacional.