Detrás del suicidio de una adolescente no hay solo una razón. Lo muestra la serie Por trece razones, basada en una novela de Jay Asher, que considera «necesario» que la gente hable de lo que da «miedo» -como el acoso escolar, la violación o el machismo- y descubra que «todo lo que hacemos influye en los demás». Es lo que intenta, con un enfoque «ameno y entretenido» a pesar de la dureza del tema, la serie original de Netflix Por trece razones ( 13 reasons why) y también la novela homónima (editada por Nube de tinta) sobre la que se asienta, publicada hace diez años por Asher (EE UU, 1975).

La historia arranca con Hannah, personaje inspirado en «un pariente cercano» al escritor que, con la misma edad, intentó suicidarse. «Me pareció importante hablar de ella porque parte de mis familiares sabían que ella estaba haciendo frente a muchos problemas, pero no sabían bien a quién acudir para comentarlos, ya que ella no veía a nadie a su alrededor con quien poder hablar de forma sincera», explica el autor .

Es lo mismo que ocurre en la ficción con esa chica que desata la trama al dejar, antes de suicidarse, trece cintas en las que explica las trece razones que la han llevado a la muerte, después de no superar problemas que, a menudo, sufren otros adolescentes, como el acoso, el machismo o, en casos extremos, la violación.

«Hay muchos temas de los que la gente no quiere hablar, pero hay que forzar esa conversación», subraya el escritor, que considera importante hacerlo para «que sepamos entender las situaciones antes de que tengamos que hacer frente a ellas». Algunas, tan dolorosas como una violación, que en la serie se muestra mediante una escena muy gráfica y bastante explícita porque, en palabras del escritor, «tenía que ser así».

«A mí me cuesta verlo y me cuesta leerlo, pero ese es el objetivo de esas escenas; tienen que ser incómodas para el espectador», sostiene Asher, que considera «muy peligroso» que en el mundo del entretenimiento se dejen ciertas escenas «al margen» o que se suavicen, ya que lo que se consigue es que «esa persona no se sienta del todo segura a la hora de tratar el tema públicamente».

Aunque, precisa el novelista, detrás de la complejidad de los problemas que se abordan, hay un mensaje muy «básico». De ahí las trece razones de Hannah, que también tienen vínculo con la realidad debido a que el escritor plasmó algunas experiencias vividas por él o por su círculo cercano durante la adolescencia.

«En estos años he podido ir a institutos a dar charlas y el interés va en aumento gracias a la serie. Eso es lo más gratificante, poder hablar con estudiantes cara a cara», dice el estadounidense, que también ha logrado, sin esperarlo, llegar a numerosos padres y educadores.