A partir de ahora, tiene claro que le van a mirar más a los pies. Aunque, es complicado porque es tan guapa que hasta entra fatiga. El topicazo de rubia y tonta no va con ella, a pesar de su papel de frívola en La que se avecina. Porque a parte de ojos azules, melena sin atisbo de extensiones (porque las lleva bien puestas) y una figura delgada y esbelta en la que genética y dieta macrobiótica tienen mucho que decir, su cabeza está muy bien amueblada. Presentadora, actriz, diseñadora, modelo y, también, escritora. A Vanesa Romero, la alicantina de mirada felina, no se le resiste nada.
El pasado viernes acudió a la gala del Premio Mejor Calzada, en Elda, a recoger su galardón, un nombramiento honorífico con el objetivo de poner en valor el calzado español que destaca a mujeres de reconocido prestigio social. «Cuando me lo dijeron me hizo mucha ilusión, lo han entregado a gente tan importante que verme ahí?¡Me encantan los zapatos! Si me tienen que regalar, ¡que me regalen zapatos!», asegura. «Pues, prepárate este año que te van a regalar unos cuantos?», le digo. Se ríe.
«Nunca tiene suficientes, ves unos, no te hacen falta pero te auto engañas. ¡Me alucinan! Tanto, que tengo un espacio reservado para los zapatos más especiales», cuenta. Ahí conserva, entre otros, los de su boda o un par que le regalaron sus padres a los 17 años, «como de princesa, transparentes y con unas florecitas».
A unos días de que comiencen las Hogueras, a la actriz se le remueven recuerdos y sentimientos. Fue dama de la Bellea del Foc de 1996 en una elección que presentó otra actriz alicantina, Belén Rueda. «Cuando dijeron mi nombre fue como si estuviera en una nube, salí, saludé y no dejé de pensar en lo feliz que estarían mis padres. Ese año fue muy importante, salí del cascarón, hablé por primera vez en público... Pero, terminó y ahí fue cuando me replantee qué hacer. Me fui a Madrid, no me ha ido mal...». Con una apretada agenda, lo tiene complicado para venir pero «lo mismo me escapo el 24 y me planto en Alicante. ¡Me encantaría! Mis últimas Hogueras fueron hace dos. ¡Me hicieron un ninot!», cuenta Vanesa que es dulce sin rozar la ñoñería y muy cercana.
Recuerda su primer tacón, «esos zapatitos negros con correa, ¡los de alicantina!. Mi madre me vistió y con ellos iba encantada por casa, no me los quería quitar. Los vecinos de abajo no estarían tan contentos?», ríe. En esa época, vivía en la zona del Hospital General, en un piso que se quedó pequeño cuando la familia creció. Así que, se trasladaron a la playa de San Juan, donde aún residen sus padres. En aquel momento, de pequeña, «soñaba con ser muchas cosas y más o menos es lo que hago con la interpretación», explica. Ahora, ya es una cosa más: la Mejor Calzada de España 2016.
En el Teatro Castelar, en una espectacular gala dirigida por Manuela Laguna de temática zapatos y cine, la actriz recogió su premio de la mano del alcalde Rubén Alfaro. La banda sonora la puso el grupo alicantino The Red Velvets. Y el momento más emotivo vino de la mano de Loles Esteve, directora del Museo del Calzado, con el homenaje al fundador de la institución, José María Amat, y a sus impulsores, el cineasta Berlanga y Joaquín Planelles.
Por segundo año consecutivo, se celebró la ceremonia de medición del pie un acto en el que el sastre de los pies, el hormero Joaquín Iñiguez, de Eurohorma, tomó las medidas a la actriz para hacer unas hormas personalizadas y dio fe: «sus pies son perfectos, calza un 38 y poco más».
El broche de oro lo puso El Corte Inglés, patrocinador del premio, y las prestigiosas firmas de calzado con un espectacular desfile de últimas tendencias en moda mujer y zapatos. Después, al finalizar el evento, más expectación si cabía. Tanto fans como curiosos, todos querían una foto con la actriz antes de que entrara al coctel que se celebró en el jardín del Casino Eldense. «Pero, ¡qué guapa es! ¡Más que en la tele!», «Pues, no es tan alta como imaginaba. ¡Mira que taconazo lleva!», estos y otros comentarios se escuchaban. Entre los asistentes a la fiesta, muchos rostros conocidos de la política, el empresariado y la sociedad eldense.
