«Hoy tu poesía se abre el paso debido en este país nuestro donde tanto se descuida lo que más puede honrarle» (Vicente Aleixandre, 19-7-72). «Mi querido amigo: muchas gracias por el Homenaje. Ha escrito usted unas páginas extremadamente dolorosas» (Azorín, 7-4-66). «Eres la única persona con quien puedo hablar de nuestras cosas, de nuestras vidas, de nuestros dramas, porque tú eres el único que me queda de los nuestros» (Rosa Chacel, 18-2-72). «Rosa Regás, que te conoció en la boda de Guillermo Carnero y con quien estuve hablando de ti y de tu obra hace unos diez días, me telefoneó ayer, interesándose también por Crónica general» (Jaime Gil de Biedma (8-1-74). «Publica usted mucho, y su obra se afirma ahora como se mereció siempre. Lo que me alegra de veras» (Jorge Guillén, 2-2-77).

Confidencias, recuerdos, experiencias y literatura, mucha literatura. Todo esto aparece en las cartas que Juan Gil-Albert recibió e intercambió con otros intelectuales de la época y entre las que se ha realizado una selección que se recoge en el volumen Cartas a Juan Gil-Albert. Epistolario selecto, editado por el Instituto Alicantino de Cultura que lleva su nombre y que se ha presentado esta tarde en la Casa Bardín.

La profesora de literatura de la Universidad de Cincinnati y experta en Gil-Albert, María Paz Moreno, y la investigadora Claudia Simón, sobrina nieta del escritor, han sido las encargadas de la selección, edición y notas de este volumen que ahora ve la luz.

Son 150 misivas, incluyendo alguna postal, de 22 intelectuales distintos, escritas entre 1944 y 1988, que se encuentran en el fondo del archivo personal de Gil-Albert de la Biblioteca Valenciana. Además se incluyen algunos textos relativos a las cartas, como un discurso de Octavio Paz sobre el exilio español en México y un ensayo de Rosa Chacel sobre la poesía de Gil-Albert que ella escribió y le envió a petición suya. María Zambrano, José Agustín Goytisolo, Carmen Martín Gaite, Guillermo Sánchez (que inspiró el personaje de Tobeyo en su obra Tobeyo o del amor), Ramón Gayas o Salvador Moreno también aparecen en esta lista.

«La idea era seleccionar y ofrecer a los lectores cartas que presentaran el lado humano de Gil-Albert y sus relaciones literarias y de amistad con otros intelectuales», asegura María Paz Moreno, autora de la Poesía completa del autor alicantino. «La mayoría de ellas son inéditas, con la excepción de algunos fragmentos de las cartas que le envió Gil de Biedma y las de Ramón Gaya».

Para esta investigadora, «lo interesante de esa correspondencia es que nos ofrece una visión distinta de la vida del autor, a través de las palabras de sus amigos, del tono íntimo y cariñoso con el que se dirigen a él muchos de ellos».

Son más de 2.000 cartas las que se encuentran en el fondo de la Biblioteca Valenciana, según Claudia Simón. «Es el fondo que él tenía en su casa, su archivo personal; hay sobre todo obra de creación, pero apareció de todo, recuerdos, documentación personal y correspondencia». La mayoría de las cartas seleccionadas «están relacionadas con el boom de su literatura en los años 70 cuando publicó muchos libros».

En su opinión, «se le podría conocer más y con esto contribuimos a que sea así». Una reflexión que comparte Moreno. «Aún puede y debe difundirse su obra mucho más».

Para José Ferrándiz Lozano, director del IAC Juan Gil-Albert, entidad que ha editado el libro, en estas cartas «se confirman cosas que ya sabíamos», como que Gil de Biedma «fue uno de los grandes recuperadores de Gil-Albert en los años 70; en esas cartas se ve el grado de confianza que tenían porque le enviaba el original de la novela Valentín y Gil de Biedma le daba consejos».

Ahora, afirma, «sería muy interesante que se pudieran completar con las que Gil-Albert les escribió a ellos, pero eso sería otro gran proyecto de investigación».

María Paz Moreno, Claudia Simón y Ferrándiz Lozano han participado en la presentación del libro.