Entre la tierra y el cielo se mueve el arte urbano del alicantino Antonyo Marest. Si el pasado mes de marzo se subía al andamio para pintar cuatro murales de sesenta metros de altura de un hotel madrileño, en abril se estrenó en el suelo con su intervención en un parque de skate en Rabat (Marruecos), el mayor de África, durante el Jidar-Toiles de Rue Festival. Este ha sido el proyecto de mayores dimensiones realizado por Marest hasta ahora -1.800 m2, intervenidos con 300 litros de pintura, todo a rodillo y brocha- en el que empleó ocho jornadas de trabajo de diez horas con el apoyo de ocho artistas locales y la colaboración de Javier Martínez.

«Este proyecto ha sido más difícil al ser en suelo y en una superficie tan grande porque no ves lo que estás haciendo hasta que no lo acabas», indica el artista urbano, que tomó perspectiva al finalizar la obra sobre una grúa a 40 metros de altura.

En ella se aprecia el estilo mediterráneo de Antonyo Marest, en el que confluye la textura, la geometría y la armonía lineal. En este caso, dado que el parque estaba en la parte nueva de la ciudad junto al mar, el alicantino utilizó fotografías de palacios marroquíes «para buscar una paleta cromática que diese sentido a la obra», pero también ofrecer «algo rompedor con el paisaje, que respirase ese cambio cultural de Marruecos hacia nuevos caminos como el street art, que desafiase el patrimonio popular desde el respeto a su historia».

El festival, celebrado a finales de abril y comisariado por Salah Malouli, también contó con la participación de Fikos, Aryz, Daniele Nitti, Waone, David Rocha, Ligen, Low Bros, Gleo, Saddo y Mohamed L´Ghacham.

Antonyo Marest llenó de arte urbano la Lonja de Alicante en su primera exposición en esta sala el pasado mes de diciembre. También ha participado en el Vision Art Festival de los Alpes suizos y en el museo de arte contemporáneo de Seúl, D Museum, entre otros proyectos.