El valenciano Pau Martínez presentó ayer en el Festival de Cine de Alicante, y por primera vez ante el público, su último filme, Inocente, una ficción basada en hechos reales sobre la detención que vivió bajo la ley antiterrorista un empresario valenciano, Enrique Cerdá, acusado y condenado de financiar a la organización terrorista Al Qaeda.

Inocente es el único thriller -thriller social de denuncia, apostilla el director- que compite por la Tesela de Oro en la sección oficial del certamen y también la única película valenciana de coproducción alicantina a través de Neon Producciones. El de Alicante es su primer festival antes del estreno en cines tras el verano

La historia escrita por Carlos Ibáñez, coproductor, y Pau Martínez se centra en las 120 horas de aislamiento absoluto y tortura que vive Kike, personaje interpretado por Jaime Linares, en las dependencias de la Audiencia Nacional.

«Cuenta el caso de una persona normal a la que le toca ser cabeza de turco en un momento cumbre de nuestra historia reciente -poco antes de la foto de las Azores y de la intervención en Irak de EE UU, en marzo de 2003- y se ve involucrado en un proceso de detención y torturas que no le gustaría pasar a nadie», explica el director.

El título de la película ya es una declaración de intenciones, a pesar de que el protagonista real de la historia fue condenado a cinco años como autor de un delito de colaboración con banda armada. Martínez es claro: «Los que hemos conocido la historia y hemos visto las pruebas sabemos que es inocente», asegura sobre la que considera la «historia de una injusticia» que «había que denunciar llevándola al cine».

El realizador valenciano indica que el origen del proyecto surge a propuesta del coproductor Carlos Ibáñez, que conocía el caso de cerca por vínculos familiares, y juntos quisieron «contar su inocencia extraoficialmente en el cine, porque él ya fue y seguirá siendo culpable», apunta Ibáñez, que recuerda que el condenado no quiso denunciar los cinco días de su detención «porque no lo puede demostrar».

«Esto pasó hace quince años y fue Baltasar Garzón quien dio la orden en 2006 de que se grabaran las detenciones las 24 horas del día, aunque se siguen incumpliendo, según los informes internacionales de derechos humanos», añaden los guionistas, que confían en que la película sirva «para poner sobre la mesa el tema y concienciar de la situación».

La película se ha rodado íntegramente en València con actores valencianos y un presupuesto «comedido», apunta el productor alicantino Enrique Ortuño, que cree que «lo importante en las películas es lo que quieren contar y a mí este proyecto me gustó desde el principio porque cuenta lo que le ocurre a una persona, como tú o como yo, a cualquiera le podría haber tocado vivir esta situación injusta en la que no tienes elementos para poder luchar».

En Inocente hay pocos personajes pero el director subraya que los actores «tenían que ser muy buenos y hacen un trabajo excepcional, empezando por Jaime, que pasa una evolución espectacular, el instructor (Álvaro Báguena) y los interrogadores (Sergio Villanueva y Josep Manel Casany), que debían transmitirlo todo con la mirada». Villanueva destaca el «trabajo importante de ensayos que tuvimos para plantear todas las cuestiones» ante un hecho «que sobrecoge».

Pau Martínez, que ha venido varios años al festival (en 2015 con Reset) destaca que el cine anglosajón «está acostumbrado a estas películas y hablan de torturas de los soldados norteamericanos sin problemas» y confía en que el espectador salga «fastidiado y con agobio» de ver esta película.