Alicante fue el último escenario de la Guerra Civil, un conflicto en el que se convirtió en una ciudad de retaguardia, alejada del campo de batalla y centrada en la producción de suministros para el frente, lo que no evitó que fuera víctima de constantes bombardeos.

Entre ellos, el que se produjo en el Mercado Central el 25 de mayo de 1938, que ocasionó alrededor de 330 fallecidos civiles.

Para recuperar la memoria histórica sobre estos hechos, la Universidad de Alicante ha editado el libro "Alicante en guerra. La vida en la retaguardia (1936-1939)", una publicación que se enmarca dentro de la colección de divulgación "L'Ordit".

La obra permite conocer detalles como la desaparición de las Hogueras de San Juan entre 1937 y 1938 o que, sin embargo, la asistencia a las salas de cine sí se mantuvo hasta marzo de 1939, donde primaba la reproducción de películas de evasión, como comedias y musicales.

Aunque entre sus ocho capítulos hay referencias a Alcoy, Elche y al final de la guerra en el valle del Vinalopó o el puerto de Alicante, desde la UA inciden en que no es un libro centrado en el desarrollo del conflicto bélico sino en la vida de las gentes de "una época incierta y convulsa marcada por la carestía y por los crueles bombardeos casi diarios sobre la población civil".

Todo ello va acompañado por una importante colección fotográfica, como la imagen de la portada, donde se puede apreciar una instantánea de un bombardeo sobre la ciudad alicantina.

Además, se incluyen fragmentos de los diarios de los políticos republicanos Eliseo Gómez Serrano y Ángel Pérez Devesa.

El coordinador de la publicación, Carlos Salinas, ha explicado, en declaraciones a los periodistas durante la presentación del libro el pasado martes, que éste es "un producto de alta divulgación para un público interesado pero no necesariamente especializado" que ofrece "claves interpretativas" de cómo era "la vida cotidiana y el impacto de la guerra en el día a día de las personas".

Salinas ha reconocido que "el gran público tiene un conocimiento muy superficial" sobre los hechos acaecidos en Alicante durante la Guerra Civil, por lo que el libro "aspira a cubrir esa laguna".

"Siempre es necesario que las ciudades conozcan su pasado para vivir su presente con más plenitud y proyectar mejor su futuro; el caso de Alicante no es especial, claro que hay cierto desconocimiento", agrega.

Por su parte, el jefe del departamento de Memoria Histórica y Democrática del ayuntamiento de Alicante (que ha cofinanciado la edición) y uno de sus autores, Pablo Rosser, ha asegurado que "de la Guerra Civil se habla poco y, de lo poco que se habla, es de la guerra".

"No de lo que fue la otra guerra: la de las ciudades de retaguardia como Alicante, muy alejada del frente de batalla pero diezmada por los bombardeos de los aviones fascistas italianos llegados desde las islas Baleares", detalla.

Así, la capital alicantina pasó "de ser una ciudad de refugiados" a una localidad "asediada" con "más de 600 viviendas afectadas y más de 4.000 personas heridas".

Para Rosser, el desconocimiento de la ciudadanía es fruto de "un interés sistemático de que haya desmemoria sobre unos hechos que algunos han querido ocultar", y por ello ha lamentado que muchas familias que perdieron a allegados durante los bombardeos como el del Mercado Central, "hayan tenido que estar muchísimos años calladas y silenciadas por el miedo, porque este tema no existía".

En su opinión, "es de justicia devolver la voz a esa gente y poner las dos balanzas en equilibrio" ya que "esto es historia y la gente lo tiene que conocer".

Historias de vida y muerte junto con actos cotidianos y heroícos. La guerra provoca eso, pero también temor: "Tanto miedo pasó mi hermano, que entonces era un niño pequeño, durante los bombardeos que asolaron la ciudad de Alicante que fue esto quizás lo que lo hizo enfermar del corazón", reza uno de los testimonios recogidos por el libro.