Despacito, así lleva Luis Fonsi varias semanas marcando el ritmo de las listas de éxitos musicales internacionales con un tema pop del mismo nombre y soniquetes latinos y urbanos que ha llevado más alto que nunca la pauta marcada previamente por artistas como Enrique Iglesias o Ricky Martin. «El pop latino está sin duda en su mejor momento. Hay hambre de música con ese sabor», opina el compositor e intérprete puertorriqueño a su paso por Madrid, tras el auge de su último sencillo, que se convirtió en la tercera canción más escuchada en Spotify y, por ende, en la canción en español que más arriba ha llegado nunca en esta plataforma

Se declara «sobrepasado» en sus expectativas, sobre todo por la velocidad de este éxito, que ha empapado incluso a países de habla no hispana, algunos en el mercado asiático. A este respecto, el que se autocalificaba como el músico de «la lágrima en la garganta» por el corte predominantemente desgarrado y melódico de sus sencillos, reconoce que en los últimos tiempos prestó más atención a este tipo de composiciones, «al igual que el público»·, y que se le antojó «hacer algo más alegre».

«No siento que hubo un cambio, sino un crecimiento. Se abrió una puerta que siempre estuvo ahí, pues como buen boricua llevo el ritmo en la sangre», justifica el autor de No me doy por vencido. La misma guitarra con la que compuso aquella conocida balada sirvió para tejer como una «media cumbia» este Despacito, a partir de un juego de palabras con Puerto Rico, su tierra, a la que reivindica en el videoclip y, musicalmente, con la inclusión de un cuatro (tipo de guitarra) puertorriqueño. La canción, añade, «necesitaba más movimiento» y por eso llamó a Daddy Yankee, «un gran amigo y un gran artista que sabe cómo adaptar su talento a otros géneros».

A Fonsi no parecen afectarle las críticas al machismo imperante en las letras del reguetón, del que su compatriota es uno de los grandes embajadores. «·En mi música no hay nada de eso. La letra, que es una de las partes más importantes, es sensual, sin cruzar la línea de lo vulgar», defiende Luis Fonsi, para quien este Despacito es «una celebración de la belleza de la mujer y de lo mucho que nos inspira».