La película Criando ratas, producción alicantina de cine independiente que inaugura el género de cine «neoquinqui», ha pasado el millón de visualizaciones en internet, desde que a finales de diciembre se publicó en YouTube, superando en audiencia a estrenos recientes en salas comerciales como Contratiempo, Es por tu bien y Lo que de verdad importa.

Un número de espectadores que, en relación a 2016, le situaría como la séptima película española más vista, detrás de superproducciones como Un monstruo viene a verme, Palmeras en la nieve o Villaviciosa de al lado.

Rodada en un barrio marginal de Alicante a lo largo de los últimos cinco años y dirigida por Carlos Salado, la película se adentra en el submundo de las bandas juveniles callejeras, el contrabando, la drogadicción, los robos y el ajuste de cuentas como destino inexorable.

Una película coral, cruda y dura, interpretada por los vecinos de esos barrios, que ha tardado casi cinco años en ver la luz, impulsada con el esfuerzo desinteresado de un equipo de profesionales apasionados y más de 120 personas del reparto, que han luchado contra imponderables como las estancias en la cárcel del protagonista, Ramón Guerrero.

La película, que nació con el objetivo de ser distribuida exclusivamente a través de internet, ha confirmado el potencial que ofrece la web para la distribución alternativa de obras de creación cinematográfica. Según su productor, Rubén Fernández, internet está «abriendo otras ventanas, más democráticas y libres, para que los jóvenes creadores puedan dar a conocer sus trabajos y hacerlos accesibles a todo el mundo».

Criando ratas nació como un proyecto adaptado a este entorno digital y sin presupuesto publicitario. Su canal en la web ha superado ya más de tres millones de visitas y más de un millón de visualizaciones. Una demostración de cómo una producción de bajo presupuesto, sin inversión publicitaria ni distribución comercial, puede convertirse en un éxito cinematográfico. «Los jóvenes creadores y el cine de guerrilla ahora tienen más oportunidades de llegar a un público masivo», afirma Carlos Salado, su director.

La película ha encontrado en las redes sociales su mejor aliado, con más de cien mil usuarios compartiendo su contenido y más de veinte millones de minutos reproducidos ya.