Parecía que la noche iba a concluir para La La Land, ganadora de seis Óscar, con un epílogo «hecho en Hollywood», pero el error histórico al anunciar la mejor película, que fue a parar a Moonlight, le robó el protagonismo en un inesperado giro final.

Todo apuntaba a que La La Land, tras obtener los galardones al mejor director (Damien Chazelle), mejor actriz (Emma Stone), mejor banda sonora original, mejor canción original (City of Stars), mejor diseño de producción y mejor fotografía, se coronaría como mejor película, pero Moonlight se llevó el premio más importsante de la noche.

La película dirigida por Barry Jenkins, un potente drama independiente, se llevó además el Óscar a mejor guion adaptado y el de mejor actor de reparto para Mahershala Ali.

La noche no fue finalmente el cuento de hadas con el que soñaba La La Land, que llegaba con 14 candidaturas, como Titanic y All about Eve, pero sí lo fue para su director, Damien Chazelle, que se convirtió en el realizador más joven de la historia en alzarse con el trofeo, con 32 años y 38 días.

«Esta es una película sobre amor y yo me enamoré mientras rodaba. Significa todo que estés aquí hoy conmigo», dijo Chazelle refiriéndose a Olivia, su pareja.

El filme, que ha recaudado unos 350 millones de dólares en todo el mundo, se alzó a finales de enero con el principal premio del Sindicato de Productores de Estados Unidos, un precedente que parecía allanar de forma apabullante su recorrido hacia el Óscar a la mejor película.

Las obras ganadoras del trofeo Darryl F. Zanuck, el galardón más codiciado de los otorgados por el gremio de productores, terminaron por alzarse con el Óscar a la mejor película en 19 de las 27 ocasiones previas.

Desde 2009 la ganadora siempre coincidió con el Óscar a la mejor película excepto el año pasado, cuando Spotlight se impuso a La gran apuesta, y esta edición.

Emma Stone ganó como mejor actriz y se impuso a Isabelle Huppert (Elle), Ruth Negga (Loving), Natalie Portman (Jackie) y Meryl Streep (Florence Foster Jenkins).

Stone dijo, en su discurso posterior en sala de prensa, que Moonlight es «una de las mejores películas de la historia» y que la situación vivida en el escenario había sido «uno de los momentos más locos de todos los tiempos».

Por su parte, Casey Affleck obtuvo el Óscar al mejor actor por el drama Manchester frente al mar y dedicó la victoria a Kenneth Lonergan, director de la cinta y ganador de la estatuilla al mejor guion original: «Sin él no estaría aquí, seguro». La cinta también se llevó el premio al guion original.

Viola Davis completó los premios de interpretación con el Óscar a la mejor actriz de reparto, por Fences.

La nota triste la puso Timecode, del español Juanjo Giménez, que se quedó sin el Óscar al mejor cortometraje, que fue a parar a Sing (Mindenki), de Kristof Deák. Aunque se lo tomaba con humor y tras la ceremonia tuiteó: «Yo me espero aquí. A ver si se han equivocado también en los cortos».

La gala, de tres horas y 45 minutos de duración, tomó un cariz muy colorido y juvenil con el arranque musical ofrecido por Justin Timberlake y su canción nominada Can't Stop the Feeling, que puso a bailar a todo el Teatro Dolby, incluidos Denzel Washington, Charlize Theron, el español Javier Bardem, y la esposa del cantante, Jessica Biel.

Durante la primera mitad de la ceremonia hubo un reparto diverso de ganadores, y La La Land no se hizo con su primer Óscar hasta pasados los primeros 100 minutos de la gala.

Entre las notas más llamativas destacó el Óscar al mejor vestuario logrado por Colleen Atwood para Animales fantásticos y dónde encontrarlos, la primera estatuilla dorada lograda por una cinta del universo Harry Potter.

La saga original fue nominada en 14 ocasiones, pero nunca se llevó la victoria.

Además, O.J: Made in America, ganadora del Óscar al mejor documental, se erigió en la cinta de mayor duración jamás condecorada en los premios de la Academia, con un metraje de 7 horas y 47 minutos.

El mayor perdedor en la historia de los Óscar hasta ahora, Kevin O'Connell, rompió la maldición tras 21 nominaciones y se alzó con el triunfo en la categoría de mejor mezcla de sonido, por Hasta el último hombre, con Andy Wright, Robert Mackenzie y Peter Grace.

Durante la velada también se recordó a los ganadores de los Óscar técnicos, entre los que figuraba el español Marcos Fajardo, galardonado por la creación del software Arnold, un programa de efectos especiales utilizado en superproducciones como Gravity .