First Dates, programa de citas de Cuatro, está calando hondo entre los telespectadores perezosos de series y películas. Ahí está su millón y medio de espectadores de media en lo que va de 2017. Por ello, decidió vivir un San Valentín por todo lo alto. Como hacen cola los interesados en salir en pantalla (hasta Ana Obregón se ha prestado), nada de hacer un especial de un día, una semana entera. En su caso, se entiende, por la lógica del espacio televisivo que presenta Sobera. «La cantidad de parejas que no se acuerdan de tener un detalle romántico. Por eso, no entiendo a la gente que no le gusta San Valentín. Es ideal, ya que es el día que se celebra el amor, que todos estamos más receptivos. No necesitas mucho dinero para prepararle un buen plan, solo imaginación», aclara Ian Zepeda, desarrollador de proyectos online. «Todo lo que necesitas es amor», cantaban los Beatles. «Amor no es literatura si no se puede escribir en la piel», entona Joan Manuel Serrat. «Curo más con el amor que con fármacos. La clave está en potenciar tu alma y la capacidad de dar», afirma el psiquiatra Jordi Domingo.

Este sentimiento de afecto universal e intangible puede ser transmitido de muchas formas. Puede estar representado a través de un regalo, de una canción y de un abrazo. Todo dependerá de la percepción personal, de la apertura de sentimientos, de entregar lo mejor de uno, de no querer cambiar a nadie, de quererse uno mismo y no depender de una persona. En esa línea, se ha convertido en un dicho popular la frase de que «es mejor ser una naranja entera que media naranja». La idea es querer compartir, ser un buen compañero de alguien sin necesidad de completarse con nadie.

«Cuanto más dependemos del saber, más difícil resulta sentir», proclama Kam Yuen, ingeniero aeroespacial. Para conseguirlo, hay que separarse de los pensamientos. «Es clave que aprendas a encontrar el amor por ti mismo. Que superes tus frustraciones, tus miedos y que llegues al fondo de tus deseos oscuros», comenta el periodista Arnau Benlloch. Justamente, los límites que nos acompañan son la puerta a una vida mejor. Es probable que para atravesarla, antes haya que ir abriendo otras. Un camino largo que requiere superar contradicciones. El premio es ser humano. ¿Qué hay mejor que saber amar?