Tres días de navegación eran necesarios hace unas décadas para llegar a la isla de Annobón. Sus escasos 1.000 habitantes pasaban meses sin ver a nadie del exterior. Perteneciente a la antigua Guinea Española, esta isla es el punto de partida de la nueva historia que Luis Leante (Caravaca de la Cruz, 1963) ha tejido entre bibliotecas, sumarios judiciales y una buena dosis de imaginación para crear Annobón, novela que ha publicado Harper Collins.

El suceso que cautivó al ganador del Premio Alfaguara de Novela por Mira si yo te querré -«los hechos históricos son mi debilidad»-ocurrió el 14 de noviembre de 1932, cuando el sargento de la Guardia Civil Restituto Castilla, «de izquierdas y republicano», asesinó con una navaja barbera al Gobernador de Guinea en una visita a Annobón. Le encarcelan y cuando sale, ha terminado ya la Guerra Civil, y lo vuelven a encerrar en prisión por rojo.

Hasta ahí una ardua tarea de documentación. Y a partir de ahí, el personaje ficticio de un capitán del ejército de Franco que tiene que encargarse de su defensa y el triángulo que se forma con la mujer de Castilla. «Me llamaba la atención contraponer las historias de estos dos personajes y además contadas por sus hijas, por lo que cada una da una versión diferente de los hechos, así que es el lector quien debe hacer su propia lectura», afirma el autor. Moraleja: «Las cosas si no las vives en personas nunca las terminas de conocer, sobre todo el mundo de la Guerra Civil y las colonias, porque según quien lo cuente se dan versiones incluso contrapuestas».

De esta forma, «mi intención es sacar a la luz la Historia con mayúscula a través de las historias con minúscula, porque hay muchas historias desconocidas, a veces silenciadas a propósito, en algunos casos por la vergüenza que supusieron, y otras porque no han interesado al historiador o porque no se puede reflejar todo». Y en ese papel, Leante asegura que el escritor «hace un poco de Pepito Grillo», sin tomar parte. «La época colonial para algunos fue una barbaridad y para otros, sin embargo, una época gloriosa, pero la verdad absoluta no existe. Por eso he estructurado la novela como una conversación y yo trato de reflejar el mismo hecho de formas distintas sin emitir juicios; yo tengo mis ideas, pero no las plasmo en la literatura, solo quiero dejar hablar a los personajes».

Esta aventura comenzó para Leante cuando se disponía a escribir una novela sobre la isla de Fernando Po y encontró una fotografía de Restituto Castilla. «Empecé a tirar del hilo, tardé un año en conseguir el sumario del asesinato y estuve dos años más investigando». Y cuando empezó a escribir no tomaba forma de novela, «era más bien algo entre ensayo histórico y reportaje, pero no soy periodista, así que metí personajes de ficción y lo transformé en novela... escribí hasta tres versiones. Creo que esta novela en el fondo es un falso reportaje, una falsa biografía, un falso documental precisamente porque es una novela y juego a quebrantar los géneros literarios».

Será el 10 de marzo cuando Luis Leante, aficando en Alicante, presente Annobón en la librería Libros 28 de San Vicente. Y si en un futuro viera su novela en el cine, pues asegura que estaría encantado. «Sería estupendo, aunque si tuviera que adaptar yo el texto al cine pues sería incapaz... zapatero a tus zapatos. Pero el cine y la literatura, para mí, como consumidor, los veo al mismo nivel».

La política actual, de momento, queda lejos de sus historias aunque no es consciente de que no por falta de tramas. «Yo necesito distanciarme para poder escribir. En todas mis novelas hay un fondo político pero con suficiente distancia para poder reflexionar. Ahora la política actual me da más asco que inspiración, bueno, determinadas partes de la política. Lo que ocurre ahora me da más ideas para guiones cinematográficos del género thriller que para la literatura, porque escribiría con demasiada sangre caliente y me saldría un panfleto. Yo creo que la literatura y el cine deben mostrar cosas pero el lector y el espectador deben sacar sus conclusiones», apunta Leante que anda inmerso en su gira por colegios con Huye sin mirar atrás, obra con la que ganó el Premio Edebé de Literatura Juvenil.

«A lo mejor dentro de 20 años puedo escribir sobre la actualidad. Si pudiera hacerlo como lo hace Rafael Chirbes en Crematorio lo haría, pero yo no sé hacerlo así, prefiero escribir de manera reposada porque si escribo sobre la actualidad me provoca más rabia que inspiración».

Por cierto, Annobón es ahora un cementerio de residuos radiactivos. «Es un paraíso envenenado».