2017 será un buen año para los cineastas alicantinos Adán Aliaga y David Valero, o el director ilicitano Pepe Andreu, ya que algunos de sus proyectos figuran entre el medio centenar de propuestas seleccionadas por el Instituto Valenciano de Cultura para sacar adelante producciones audiovisuales por un valor global de 5 millones de euros.

CulturArts acaba de hacer públicas cinco resoluciones de concesión de ayudas para la producción de largometrajes y cortometrajes, documentales, series y proyectos multiplataforma. Se trata de trabajos ya en marcha, algunos de los cuales verán la luz este año, y otros que se desarrollarán a más largo plazo con cantidades asignadas hasta 2018.

Entre las más costosas se sitúa Fishbone, la próxima película de Adán Aliaga, el cineasta de San Vicente del Raspeig que recientemente fue galardonado con el Premio SGAE de Guion. El autor de títulos como Estigmas, Esquivar y pegar, La mujer del eternauta o El arca de Noé dirigirá el nuevo filme, con guion de Aliaga y de Laura Calavia, que se rodará este año entre Alicante y Nueva York, ciudad en la que también rodó el corto The Walker.

Fishbone es uno de los dos proyectos de largometraje «industrial» -la Generalitat distingue esta vez entre largometraje industrial y cultural- que recibirán 350.000 euros repartidos en tres años. Esta es una de las producciones más ambiciosas de Aliaga, ya que el presupuesto estimado es de dos millones de euros, señala Miguel Molina, su socio en la productora que comparten, que avanza que en breve cerrarán el casting para poner en marcha esta historia -una chef de Nueva York que vuelve a Tabarca después de muchos años tras la muerte de un familiar- y que se rodará en valenciano, castellano e inglés.

En el apartado documental, dos proyectos de SuicaFilms, la productora creada por el ilicitano Pepe Andreu y el castellonense Rafa Molés -que recibió numerosos premios con su primer trabajo, Five days to dance- también han sido seleccionados con 130.000 euros, entre ambos.

El primero es un largometraje documental, Experimento Stuka, que iniciaron hace dos años y que ya ha llamado la atención de muchos festivales, pero cuyo grueso se desarrollará este año, explica Andreu. Se trata de un bombardeo producido en el año 1938 en el interior de Castellón que causó 40 muertos y que 75 años después se descubre que fue obra de la aviación de la Legión Cóndor en un experimento nazi.

El documental ha sido puntuado en segundo lugar dentro de los diez documentales que recibirán subvención, con 90.000 euros de ayuda en tres años. El presupuesto estimado de este proyecto es de 200.000 euros.

A su vez, SuicaFilms producirá un documental multiplataforma, apoyado en diferentes formatos, titulado [m]otherhood, respaldado con 40.000 euros de ayuda de la Generalitat. Este es un proyecto que aborda la presión social que se ejerce sobre las mujeres que deciden no tener hijos, dirigido por Laura García e Inés Peris.

Entre los cortometrajes de ficción que han contado con el visto bueno del Instituto Valenciano de Cultura se encuentra Scratch, del cineasta también sanvicentero David Valero, quien organizó una campaña de donaciones para poner en marcha el proyecto con la que consiguió alrededor de 12.000 euros.

Scratch aborda el tema de la violencia a través de la historia protagonizada por el actor Javier Bódalo, que da vida a un dj con una leve discapacidad que una noche presencia una brutal paliza que le cambia la vida.

El corto recibe 15.000 euros de ayuda, entre 2016 y 2017, que se suma a la aportación del Ayuntamiento de San Vicente y al micromecenazgo. Valero considera todos los apoyos «fundamentales para dar trabajo de forma profesional» a un equipo de 30 personas y hacer frente a este proyecto «de factura elevada en producción», que se estrenará este año.