Abrir una librería se ha convertido en un acto de heroicidad. Y también de fe. Pero a fuerza de insistir, los libros siguen estando presentes en las necesidades de las personas. Además en papel, que vuelve a remontar de sus propias cenizas frente al libro electrónico. Si además, esa apuesta por la cultura como negocio se centra en el libro usado parece más difícil todavía. Pero no lo han visto así Mati Tolón y Paco Martínez que acaban de abrir una librería en el centro de Alicante (Calle del Teatro, 39).

Este hecho en sí mismo supone ya una noticia a destacar. Pero es que además no es una librería al uso. Compra ejemplares y vende ejemplares, aunque se desligan del concepto de librería de viejo y de la idea del libro usado. La filosofía de Re-Read, que así se llama, es la de ofrecer libros low cost, «como una forma de reciclar ejemplares», afirma Mati Tolón.

Y no solo eso, el espíritu con el que se concibe pasa por poner al alcance de todos el mundo de las letras. «Se trata de potenciar la cultura y de poner a disposición de los demás libros que ya se han leído y no se tiene la intención de volver a leer. Nuestro objetivo es promocionar la lectura al mismo tiempo que es un negocio».

Abrió sus puertas el 12 de diciembre con un fondo de 1.400 volúmenes, cifra que ha aumentado considerablemente. «La gente nos trae los libros que tiene y se los compramos, los adecuamos y limpiamos, y se lo ofrecemos a la gente a un coste muy bajo». Ellos compran por 20 céntimos, «algo que a algunos les parece muy poco», y venden a 3 euros cada libro, cantidad que se abarata si se adquieren más: 5 euros dos libros y 10 euros cinco. «Estamos asombrados porque ha ido muy bien, la gente ha respondido porque no se trata solo de vender sino también de que nos vendan libros a nosotros». Con dos excepciones: enciclopedias, «porque ya no las quiere nadie», y libros de texto, «porque cambian a menudo».

Que los ejemplares estén en buen estado es una de las características que se exigen, porque su imagen es low cost, incluso en la decoración de la tienda, pero se trata de que lo que se ofrece esté «en buenas condiciones». De hecho la librería está llena de estanterías blancas donde se han ordenado los libros por género y luego además por autores en orden alfabético. «Creemos que es una ventaja también porque para el lector es mucho más fácil realizar la búsqueda».

Mati Tolón asegura que siempre ha estado en el mundo del comercio, pero «el cambio de hábitos y costumbres», la llevó a dar un giro hacia el mundo de los libros. «Me gusta mucho la lectura y me pareció interesante esta iniciativa, porque yo siempre asociaba el mundo del libro usado a lo viejo y amarillento, pero esto es todo lo contrario porque los libros están en muy buen estado; esa es una de las pautas que seguimos». Y además, con un objetivo claro: «que el coste alto de un libro no sea un impedimento para nadie a la hora de comprarlo».