Vuelve a la Muestra, físicamente me refiero, después de que en 2004 recibiera el homenaje de este encuentro.¿Cómo ve su estado de salud?

Yo he venido de muchas maneras. Primero fui del comité organizador, luego he venido como autor, pero ahora vengo como presidente de la Academia de las Artes Escénicas. En general, la Muestra en su conjunto es un acontecimiento importante, por la cantidad de años y de autores que han pasado por ella. Lógicamente en todo este tiempo ha habido de todo. En teatro, como en cine, algunas cosas triunfan y otras son testimoniales. Pero que haya un sitio donde se puedan estrenar obras de teatro y se pueda debatir sobre teatro español es importante. Crear algo es difícil, pero mantenerlo lo es más.

Después de tantos años, ¿introduciría algún cambio?

Todo lo que existe en esta vida se puede mejorar. Una cosa es que digamos que está muy bien y que potencia la dramaturgia española, y otra que cuanto más nivel, más presupuesto, más posibilidades, más estrenos, más duración, pues mejor resultado. La obligación es que suba el nivel no que baje. En arte debemos ser muy ambiciosos. Tampoco hay que quedarse en el primer nivel de creación, de darle la oportunidad a los jóvenes, sino también hacer un encuentro de calidad. Yo estuve en el grupo organizador de la Muestra. Se pensó que se creara, que creciera y que cambiara. El arte cuando se calcifica es como las venas, hay que hacer un cateterismo.

¿Se corresponde con el estado de la profesión en general?

No, hay que recordar que es el mundo del teatro español contemporáneo, predominando los autores jóvenes. Esto no es el teatro que se hace en España. Este es el teatro que se hace en España de autores jóvenes. Es una muestra de promoción de autores jóvenes españoles. Para bien.

En Alicante se están programando cosas muy buenas pero la gente no responde.

Mira, el público... -es peligroso lo que voy a decir-, el público es soberano. Vota a quien quiere y va a ver lo que quiere. Estaría bueno. A ver si vamos a obligar a la gente. Una cosa es el público dirigido en los centros oficiales y otra cosa es cuando una persona saca una entrada y va al teatro. Hay que tener cuidado. Uno siempre se cree el público. Hablamos de obras que han tenido éxito en ciertas parcelas. Hay obras que tienen éxito en un campo y otras en otro. Todo el mundo defiende la cultura, pero a la hora de ir al teatro cada uno va al teatro que quiere.

¿Y cuál es el objetivo de la Academia de Artes Escénicas de España que usted dirige?

La Academia es muy amplia, cubre muchos espacios y públicos, todo tipo de teatro, pero también la danza, la música escénica, la ópera... Da un panorama general de las artes escénicas muy amplio. Hay éxitos, fracasos, cosas que interesan y cosas que no. Nosotros tenemos que defender la excelencia, los grandes espectáculos, buscamos siempre lo mejor. Nuestra tarea principal no es la del Ministerio de Cultura ni la de los ayuntamientos. Nuestra tarea es que haya buenas artes escénicas.

¿Hasta qué punto refuerza el sector que exista un organismo gremial de estas características,que en dos años ha pasado de 100 socios a más de 400?

Realmente entrar en la Academia es difícil. No entra cualquiera. No es el lugar del teatro alternativo, ni de los jóvenes que acaban de empezar. Se requiere un currículum significativo.Nosotros no somos un sindicato. Por ahora predomina el teatro y luego la danza, el estudio y la divulgación.

Quizá el peor escollo para una profesión como la de escritor, actor o director es llegar a la jubilación...

En esta profesión no existe jubilación, Dímelo a mí que tengo más de 70 años.

Lo digo por el problema que se planteó de no poder seguir creando si cobras pensión.

Es una historia un poco absurda de tipo legal, que son ganas de liarla. Cuánto más ganes más impuestos pagas. Yo creo que hay dos cosas que van a caer pronto, el 21% de IVA y que los creadores mayores podamos crear sin perder la pensión. El problema no es tanto de dinero como de que te desmotiva. Habría que fomentar que los creadores sigan trabajando. No pedimos que nos paguen, pedimos que no nos machaquen.

Alicante ha reivindicado, a través de unos premios, la figura de José Estruch, alicantino y profesor de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.

Yo fui profesor, jefe de estudios y luego director en su época. Fue compañero y me parece muy bien que se haya recuperado su figura. Dedicó su vida entera a la enseñanza llena de valores no solo artísticos, sino de altruismo, de generosidad. Si viviera sería miembro de la junta directiva de la Academia, desde luego.

¿Qué hay después de su obra En el oscuro corazón del bosque?

Cada obra que se monta empieza y termina. Estoy con nuevos proyectos, escribiendo nuevas obras. Ahora tengo menos tiempo con lo de la Academia porque me toca inaugurar muchos pantanos... Siempre estamos quejándonos de que no hay apoyo así que tenemos que ayudar. También porque tenemos una responsabilidad. A mí el teatro me ha tratado muy bien y por necesidad y por lógica debo devolver eso.

¿Hoy es más difícil escribir o estrenar?

Es más fácil en la práctica escribir una obra que estrenarla. Pero en realidad, lo más difícil del mundo para mí, que llevo toda la vida en esto, que he dirigido, he producido y he escrito, es escribir una obra que sea buena. Eso no te lo da ni estudiar, ni el dinero... no hay nada en el mundo que te lo dé.