Una cosa es escribirlo, incluso leerlo, y otra darle vida, que los personajes den forma a las palabras escritas y se muevan en una escena que cobra vida. Eso es lo que experimenta la dramaturga alicantina Lola Blasco cuando ve una de sus obras en las tablas. Más cuando ella también dirige, cuando es una historia que en parte tiene Alicante como territorio, que cuenta con un equipo plenamente alicantino, que es un estreno y que va a servir como inauguración de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, que se quedará en la ciudad hasta el día 12.

Eso sucederá esta misma noche, a las 22.30 horas, cuando el telón del Teatre Arniches se abra y La armonía del silencio empiece a vivir, a sentir y a meterse en la piel del espectador. «Siempre tengo la sensación de que si tuviera más tiempo lo haría mejor, pero ha ido todo maravillosamente y lo que nos queda ahora es disfrutar».

Lola Blasco, que recibió una beca de la Fundación SGAE para realizar este texto, afirma que «verlos encarnados hace que descubras cosas de los personajes de las que no te habías dado cuenta; ahora son de carne y hueso, los han hecho suyos y les han dotado de humanidad; la obra es mejor que cuando estaba solo escrita».

Toni Misó, Mélida Molina, Antonio Lafuente y Ana Mayo son los actores de este montaje. Todos alicantinos, igual que la ayudante de dirección, Irene Coloma, y el iluminador, Luis Perdiguero, que ha trabajado con Álvaro Luna. «Son muy buenos actores y muy profesionales, porque no es un texto fácil, es un verdadero reto al que han tenido que enfrentarse porque tiene lenguajes muy diferentes».

La historia rememora, entre otras cosas, el bombardeo del Mercado Central durante la guerra civil. «La verdad es que tengo bastante miedo porque, claro, no deja de ser una obra basada en hechos de Alicante llevados a la ficción y la gente puede decir que las cosas no fueron exactamente así, pero son licentencias para que pueda funcionar».

Además, afirma, «es la primera producción alicantina de la nueva etapa de CulturArts y siento que los ojos están puestos en mí; espero no defraudar, pero cuando el dinero es público se tiene que hacer un juicio y yo lo asumo también con agrado».

Ahora que este equipo de alicantinos «exiliados» ha vuelto, «sería deseable que se nos tuviera en cuenta, que vieran que en Alicante hay gente muy talentosa que se tiene que ir fuera porque no se dedica nada a tejido cultural. Ojalá pudiéramos quedarnos aquí creando historia».

Después de Alicante, se verá en Vallencia y Castellón.