Ricardo Cases (Orihuela, 1971) viajó a Mali en 2007 para hacer un reportaje y acabó recorriendo el país desde Bamako a Tombuctú. De ahí surgió este nuevo trabajo, El blanco, editado por Dalpine, «que nació siendo un reportaje de Mali y derivó en una reflexión sobre las preocupaciones de un fotógrafo cuando sale de su entorno a un lugar desconocido que tiene que reflejar», explica Cases, que se preguntaba «si yo de lo que sé es de Redován (por poner un ejemplo) ¿qué tengo que decir de Mali?».

En ese viaje le acompañaba un señor de Sevilla que básicamente se dedicaba a pensar y a mirar «y yo le fui haciendo fotos como un señor blanco que va viendo el país, una especie de avatar que está intentando entender dónde está», añade.

Aunque en un primer momento pensó en combinar ambas miradas, la del fotógrafo y la del viajero, Cases vio a su regreso que «no tenían autonomía suficiente y las guardé».

Ocho años después volvió a ver el material y revivió la falta de legitimidad que sentía como fotógrafo para hablar de un lugar que conoció fugazmente, así como la mirada del turista, «que se deja llevar y se mueve por azar o por lo exótico de la cultura diferente al no tener toda la información», apunta Cases, que concluye que «al final es un trabajo de un señor de pueblo en un lugar exótico».

El blanco es un trabajo en torno a la idea de la representación de África por los occidentales y sobre esa melodía las imágenes bailan con los textos de Iván del Rey de la Torre, que reconstruye una historia paralela a partir de la idea de que a un pintor (Berruguete) se le acaban las imágenes en su pueblo y decide salir al extranjero para buscar otras nuevas.

Iván del Rey habla en el libro de Cervantes, de Cocteau, del Quijote o de Velázquez, de las leyendas que acompañan a personas que no hemos conocido y de quienes nos formamos una imagen. Y el libro ahonda en la importancia de las imágenes, «en el calco que de ellas llevamos en el cerebro y en las proyecciones de esos calcos cuando fabricamos nuevas imágenes».

«Sin esos textos no existiría este libro», apunta Ricardo Cases, quien considera que este proyecto «es el que más fácil puede llegar a la gente que no tiene que ver con la fotografía».

Dalpine ha editado 300 ejemplares del fotolibro en castellano e inglés y, tras su presentación en Madrid y Valencia, este sábado se muestra en Barcelona y el próximo 25 de noviembre llegará a Alicante a través de la Escuela Mistos (C/Maestro Marqués, 70)

Este es el quinto proyecto del fotógrafo oriolano afincado en la localidad valenciana de Torrent, autor de los trabajos La caza del lobo congelado, con el que ganó Nuevo Talento Fnac de Fotografía 2008; Belleza de Barrio (2008), donde reflexiona sobre los cánones de belleza o Paloma al aire (2011), que figuró en las listas de los mejores trabajos fotográficos de todo el mundo con su retrato del mundo de la colombicultura y que se exhibió en Mustang Art Gallery.

El porqué de las naranjas (2014) fue su anterior trabajo en el que el fotógrafo mostraba una colección de estampas del Levante español, desde Castellón hasta Murcia. El libro fue publicado por la británica Mack, una de las más destacadas editoriales de fotolibros.