Junto al cine, los videojugos y la música (tema de largo recorrido), también el mercado editorial se ha visto envuelto por esta tendencia donde el factor nostálgico se encadena con el comercial. De hecho, lo que empezó siendo como un blog de anécdotas y recuerdos, Yo fui a EGB pasó a ser un libro de éxito de ventas, donde Parchís, Naranjito, la abeja Maya, las hombreras, Heidy y Marco o hasta el helado «Frigopie» tienen un importante hueco en sus páginas.