Más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo avalan a una de la voces más importantes de la canción melódica española, Camilo Sesto, que ayer cumplió 70 años de vida con la que está llamada a ser su «antología definitiva», Camilo 70, un manifiesto enmarcado entre Algo de mí y Tengo ganas de vivir.

Nacido Camilo Blanes (Alcoy, 1946), el cantautor, productor y compositor español, quiso celebrar su cumpleaños y presentar este álbum en una concurridísima rueda de prensa celebrada en la sede de la SGAE de Madrid, junto al presidente, José Miguel Fernández-Sastrón, y la periodista María Teresa Campos.

Tan coqueto como siempre, vestido con un traje que contrastaba con sus modernas gafas de sol y luciendo piel tersa, Sesto aseguró que le quedan por hacer «muchas cosas para seguir mejorando», que sigue pintando, que no bebe y apenas fuma y que practica «una vida muy sana, muy en contacto con la naturaleza, más que con el asfalto».

Campos señaló que «este es un merecidísimo homenaje a un grande entre los grandes», tras recordar cómo los 70 supusieron para él una «década de oro», los años de «sus mejores canciones», algunas suyas, otras de Juan Carlos Calderón, como ¿Quieres ser mi amante? o El amor de mi vida (la más vendida en España de toda la década).

«Era una época en la que íbamos con uñas y dientes a ver quién daba más, todo lo que teníamos, y el público lo agradecía y lo sigue agradeciendo», señaló Sesto ante decenas de seguidores, algunos llegados de otros países.

Los 70 fueron también los años en los que el músico abrió el camino a los musicales en la Gran Vía madrileña con Jesucristo Superstar, que él protagonizó y costeó, obteniendo los parabienes incluso del autor de la música, Andrew Lloyd Webber, quien dijo que la española era una de las pocas producciones equiparables a la original. «Ahora tienen subvenciones y todavía se quejan. En aquella época no teníamos nada de nada. Lo saqué yo todo de mi bolsillo», subrayó sobre aquel éxito

Después de aquello solo quedaba volar por Europa y, ya en los 80, a Hispanoamérica. «Y allí la armamos», recordó el cantante, para quien «América es, no era, muy importante» en su carrera, lamentando que, en comparación, en España «somos menos leales» con los artistas.

«Entonces había que trabajárselo a pie, sudando el alma, pero eran tiempos muy bonitos. Hoy mucha gente dice que ha triunfado en América con 800 personas en el Madison Square Garden de Nueva York», destacó este artista que actuó ante 45.000 espectadores en ese recinto y al que en el estado de Nevada se rinde homenaje cada 28 de mayo con «El día de Camilo Sesto».

En la década de los 90 su repercusión no fue tan intensa, hasta que en la primera década del nuevo siglo sorprendió a todo el mundo con un disco, Alma (2002), y un sencillo, Mola mazo, tan discutido como impactante.

Bajo el título Camilo 70 se editará el día 23 un triple CD con casi tantos cortes como años de vida, 60 en total, muchas míticas como Fresa salvaje o Getsemaní (oración del huerto), y otras en directo inéditas en vinilo o CD.

«Es un resumen y agradecimiento a toda esa gente que me dicen que soy la banda sonora de su vida. Todo lo que tengo es para ellos», insistió Sesto, quien presumió sobre su legado: «Es una siembra formidable, grandiosa e irrepetible», consideró.