Ayer se levanta como un día cualquier, pero una llamada le anuncia que es el Premio Nacional de Ilustración 2016 y todo cambia. ¿Cómo se asimila eso?

Pues estupendamente, esto da mucho gusto, la verdad. Siempre piensas que algún día te puede caer este premio, pero también puede ser que nunca... Así que ha sido una sorpresa. Me llamaron para anunciármelo y a partir de ese momento se sucedieron las llamadas en cascada.

El jurado ha justificado la concesión del galardón alabando su creatividad y talento narrativo, y su capacidad para «construir mundos». También ha dicho que su trayectoria y su trabajo implica «la dimensión objetual del libro» y ha resaltado «la calidad de sus ilustraciones» y su «generosidad como formador». ¿Qué piensa de esta valoración de su trabajo?

Todo lo agradezco mucho, sobre todo porque aquí es un jurado de ilustradores y esto también es importante porque son tus compañeros de profesión los que te hacen este reconocimiento. Me ha alegrado mucho. Luego de todo lo que dicen pues entiendo que esas consideraciones tienen que ver con mi trabajo. Si digo que me lo merezco suena muy prepotente, pero lo que dicen tiene que ver conmigo. El hecho de que se hable de la dimensión del libro como objeto pues sí porque me he dedicado a hacer libros, también hay ilustración de prensa, de cartelismo, porque la ilustración está en todas partes. Pero lo que me apasiona es hacer libros y trabajar desde los libros. Eso implica también un sentido de la narración y esa capacidad de construir mundos que es a lo que yo aspiro. Por encima de las historias, para mí los libros ilustrados son espacios en los que el lector puede acceder a otro mundo.

Se destaca además su faceta como formador.

Lo que se refiere a mi trabajo de formación pues es verdad, porque de forma paralela a los libros he estado dando clases en muchos lugares, me refiero a la formación informal a través de talleres y encuentros. Llevo muchos años y ha sido my gratificante, aunque no era mi plan la formación.

También fue profesor de Didáctica de la Expresión Plástica en la Facultad de Educación de la UA.

En la facultad la asignatura que impartía estaba relacionada con mi trabajo de ilustrador pero no tanto y al final lo dejé, pero tengo muy buen recuerdo. Ahora doy clases de libro ilustrado en la Politécnica de Valencia, en un máster de Ilustración, y colaboro con otro máster también de Ilustración en Madrid.

El Nacional de Ilustración no es el primer premio que recibe, desde luego, pero ¿es el más importante, entre comillas?

¡Y le quitamos las comillas! Este es el más importante. Hay preguntas que tienes dudas, pero no no, este es el premio más importante para mí y el más importante que te pueden dar en España si te dedicas a la ilustración.

¿Alguna vez pensó que la ilustración infantil le llevaría hasta aquí?

En general, mi familia siempre me ha apoyado, mis padres, mi mujer y mis hijos. Esto es una suerte porque es un profesión dura, pero muchas veces he pensado que algún día me podían dar este premio, igual que piensas que te puede tocar la lotería... Uno en la vida, cuando te dedicas a una profesión como esta, manejas probabilidades, aunque hoy en día es todo muy precario y en este trabajo más. Nunca sabes si dentro de tres años estaré haciendo otra cosa

¿Cómo reivindicaría Javier Sáez el libro ilustrado?

El libro ilustrado yo creo que te permite hacer una lectura más profunda. No estoy comparándolo con el libro no ilustrado sino con los soportes multimedia donde la información en forma de estímulo te avasalla. Yo pienso en el ejército tecnológico que nos asedia y siento que frente a esos medios el usuario, el lector, se siente a veces avasallado porque no te da tiempo a pensar, a crear un mundo, no te deja lugar al silencio y creo que el silencio está en el corazón de cualquier experiencia cultural. El silencio interior te deja pensar, te deja ser persona y yo siento que otros medios no te dejan pensar, simplemente te aplastan. Y si no piensas, otros pensarán por ti.

La ilustración ha ido evolucionando en los últimos años y ya no es solo cosa de niños.

Es verdad, aunque tengo que decir que aunque me he dedicado sobre todo a libros para niños me interesan todo tipo de lectores. Me interesa que la gente de la edad que sea pueda leer, pero bueno, es verdad que hay una mayor presencia de la ilustración. Hay un premio nacional, se habla más de ello... También te puedes figurar que en el día a día esto no se nota mucho. Uno se enfrenta a otro tipo de situaciones. Hay muchos libros en el mercado y el sector está en crisis. Más allá del reconocimiento a la profesión lo que al final importa es que haya lectores, todo lo demás son fuegos de artificio. Si no se compran los libros todo se queda en humo.

En un momento en el que se intenta que el nivel de lectura aumente en este país, ¿qué puede aportar el libro ilustrado? Porque a veces olvidamos que los niños son los lectores del futuro.

Ese es uno de los valores del libro ilustrado, pero parece que decir eso es solo darle un papel de transición a otra cosa. Y yo creo que debe tener valor en si mismo. No es como los potitos, que los tomas antes de llegar a comer la fruta. Creo que es algo a lo que un lector ya formado se aficiona y lo disfruta. A la vez que el libro ilustrado es como el acceso a la lectura para niños, también destaco que es un género con peso propio que puede llegar a cualquier lector y de hecho es así.

¿Las historias son más creativas?

El libro ilustrado se asocia mucho al papel mientras que un texto como tal lo puedes leer en cualquier soporte. La fuerza que ha tomado el libro ilustrado estos años es que parece que es un objeto bello, que lo lees con otra relación con el libro. Ahora muchas editoriales están publicando clásicos pero con ilustraciones. Es darle un valor extra. El formato libro de bolsillo sencillo parece que no tiene lugar cuando hay uno electrónico más barato y fácil de leer, pero el libro ilustrado es una especie de atalaya y baluarte para defender la lectura.

Hay un boom del mundo del cómic y la ilustración, y en Alicante hay buenos ejemplos.

Por ejemplo, Pablo Auladell es un fuera de serie, también Miguel Calatayud y oros muchos. Es verdad que en Alicante se ha dado no una escuela, porque cada uno hace su trabajo, pero sí han coincidido unos cuantos ilustradores que están haciendo un trabajo muy valioso.

¿En qué trabaja ahora?

Es un libro del que aún no puedo hablar. Es un libro parecido a otros que he hecho antes. La historia es mía, texto e ilustraciones.

Con los 20.000 euros del premio se va a poder comprar muchos lápices, pinceles, un ratón nuevo para el ordenador...

Ratones en mi casa solo hay de los que tienen pelo y rabo. Yo sigo trabajando con lápices y pinceles, soy más de eso... Pero ahora que lo dices me cambiaré el portátil que está para llevarlo al museo arqueológico.