Nada de ciencia ficción, ni cine ni mera literatura: se trata de la primera misión espacial en la que el ser humano intentará destruir y estudiar un asteroide (llamado Didymos) ante un hipotético caso de impacto con la Tierra en 2022. Y es, con toda seguridad, una de las misiones más ambiciosas donde no se han escatimado esfuerzos hasta el punto de intervenir, mano a mano, la Agencia Espacial Europea y la NASA. De hecho, es la misma Agencia Espacial Europea, una de las entidades más prestigiosas del mundo (a un lado el pujante interés de los chinos e indios), quien ha dado luz verde recientemente al nanosatélite de la alicantina Emxys en el propósito de desviar y entender este asteroide perteneciente al cinturón de Apolo, donde se agrupa todo un conjunto de meteoritos potencialmente peligrosos para la Tierra. Un exitoso resultado después de años de investigación y esfuerzos, muchos esfuerzos, para convencer a la comunidad científica de la utilidad y eficacia de esta tecnología alicantina en el espacio.

«Estamos muy satisfechos por haber podido asegurar nuestra participación en esta misión, lo que consolida el papel de Emxys en los grandes programas de exploración espacial, además de tener la oportunidad de comenzar a desarrollar la tecnología requerida para actividades con gran potencial de futuro como las relacionadas con la minería espacial», señala José Antonio Carrasco, gerente de la empresa ubicada en el parque científico de la UMH.

La plataforma de satélite de la alicantina Emxys se integrará junto con otras sondas similares dentro de la nave AIM de la Agencia Espacial Europea, y será desplegada sobre el asteroide Didymos con el fin de realizar un estudio detallado del mismo e incluso aterrizar en él (lo que puede sentar un precedente científico ya que nunca antes se ha realizado algo igual). Y todo este proceso continuará con la posterior destrucción y choque de la nave DART (que controla la NASA) con el asteroide, lo que servirá nuevamente para que el nanosatélite alicantino actúe para verificar los cambios de Didymos en su trayectoria así como profundizar en los conocimientos y análisis de este tipo de objetos.

Por todo ello, y para entender la complejidad de esta misión, algunos datos: el nanosatélite de Emxys cruzará barreras de 200 grados (cuando esté del lado del sol) a menos 100 (sombra) lo que, en resumidas cuentas, planteó un auténtico desafío para este dispositivo desarrollado por los alicantinos.

De este modo, tal y como apunta Francisco García de Quirós, Director Técnico de Emxys, «esta misión supone un salto cuantitativo y cualitativo en el desarrollo de instrumentos espaciales que hemos venido desarrollando durante nuestros diez años de actividad en el sector aeroespacial, fundamentalmente por el reto tecnológico que suponer garantizar la supervivencia de la electrónica en entornos de radiación y temperatura tan agresivos como los de la superficie de un asteroide».

Emxys -que participa en esta misión junto a un consorcio formado por el Instituto Superior Aeroespacial de Francia (ISAE), Antwerp Space y el Observatorio Real de Bélgica- afronta ahora la preparación previa experimental en unas pruebas que se realizarán a baja altura, en baja órbita, en el Centro Europeo de Tecnología Espacial (ESTEC) en Noordwijk, Holanda.

«En cualquier caso, esto será solo un estudio aproximado, porque los datos que manejamos no son ni mucho menos los mismos. Hay que tener en cuenta que la protección de la atmósfera y otros factores hacen que sea imposible trabajar con las mismas situaciones que nos vamos a encontrar en el espacio», matiza García de Quirós.

El proyecto de Emxys se presenta en forma de pequeño cubo (cubesat) de 10x10x30 centímetros y 3,5 kilogramos de peso. El satélite está dividido en dos secciones, la de control (con el módulo de servicio) y la de carga (donde se alojan los experimentos).

«Les hemos convencido (a la Agencia Espacial Europea) de que esto puede hacerse y debe hacerse así. Les ha gustado, y mucho, nuestros avances, como el alto aislamiento técnico que hemos creado», comenta Francisco García de Quirós, quien agrega que: «El nanosatélite que se envíe será el primero interplanetario».

Un objetivo añadido, de alto interés potencial para empresas como Emxys, es el desarrollo tecnológico de plataformas espaciales para viajar y caracterizar asteroides de cara a evaluar su alto rendimiento para futuras actividades industriales de minería espacial. En efecto, el potencial de estos cuerpos para proveer de elementos susceptibles de ser utilizados en actividades industriales como el hierro, el cobre, platino, el indio y muchos otros, así como el agua para realizar reaprovisionamientos de combustible en futuros viajes espaciales, es un tema de gran interés y fuente de enormes inversiones de las empresas mineras en los últimos años por su potencial a medio y largo plazo.