Quien dice perdonar, pero no olvidar, ¿realmente perdona?

Depende. A veces es para evitar otro zarpazo. Si uno pide perdón supone un arrepentimiento y te libera de la culpa. No se necesita ni siquiera que te lo concedan. Perdonar es el acto más generoso a pesar de que cuesta. Supone una liberación porque te quita el lastre del odio, del rencor, del resentimiento o las ansias de venganza.

Hay una frase que asegura: «el primero en pedir disculpas es el más valiente; el primero en perdonar, el más fuerte; y el primero en olvidar, el más feliz». ¿Algo que objetar?

Es posible que sea así. Una frase de Javier Marías dice que «el olvido es tuerto e inseguro» porque tú puedes pretender olvidar pero no depende de ti y en algún momento vuelve. Y si has perdonado, esa herida está cerrada y te permite seguir viviendo.

¿Quién sufre más, el que pide perdón o el que debe concederlo?

El que tiene que perdonar, si no es capaz. Pedir perdón ya es liberador de la culpa. Puede provocar pena el que no recibas perdón pero quien te da lástima es la otra persona.

¿Se puede ser feliz sin perdonar o hacer feliz a quienes te rodean?

No. Si no eres capaz de perdonar es un drama. La felicidad con resentimiento, dolor o ansias de venganza no es posible.

A veces, tener clemencia de nosotros mismos es más difícil que tenerla con los demás.

Sí, a veces somos muy exigentes con nosotros mismos y no perdonamos nuestras decisiones, nuestro errores.

Su novela habla también del pasado, presente y futuro. ¿A cuál de los tres tiempos es más peligroso aferrarse?

Debemos conocer nuestro pasado para comprender el presente y tener más instrumentos para afrontar nuestro futuro.

Su anterior novela, La sonata del silencio llegará en breve a las pantallas de televisión convertida en serie. ¿Ha visto ya algo de ella? ¿Qué le ha parecido el resultado?

He visto dos capítulos y va a ser una buena serie. Se mantienen los personajes, la historia,... Solo es un medio diferente, pero mantiene el espíritu de la novela. Aunque la lectura tiene unos matices que nunca se encontrarán en la pantalla.

La literatura está inspirando mucha ficción televisiva. Recordemos el éxito de El tiempo entre costuras, basada en la novela de Maria Dueñas.

Sí y acercan el mundo del libro al gran público y eso siempre es bueno para la cultura, para el libro y para quien lee. Grandes series de los 80 basadas en novelas como Fortunada y Jacinta, La regenta o Los gozos y las sombras acercaron a mucha gente a la literatura. Muchos hemos conocido a Miguel Hernández y Machado gracias a las canciones de Joan Manuel Serrat.