Después de una semana intensa de séptimo arte, el Festival de Cine de Alicante bajó en la noche del sábado el telón con una gala de clausura que protagonizó el filme La puerta abierta, de Marina Seresesky, al recibir la Tesela de Oro a la mejor película (máximo galardón del certamen alicantino, dotado con 4.000 euros). Fue, sin duda, el momento cumbre pero no el más emotivo que se produjo cuando las protagonistas de la cinta española, Carmen Machi y Terele Pávez, subieron al escenario para recoger el premio de mejor actriz (que ambas comparten) ante un prolongado e inmenso aplauso de los asistentes ayer en el ADDA. Fue un aplauso largo, con sabor a homenaje, el del público alicantino. También el premio de mejor guión (sección largometraje) recayó en La puerta abierta, constatando así su papel protagonista en la gala de despedida del Festival de Cine de Alicante.

«El papel que realiza el actor Asier Etxeandía (en La puerta abierta) es extraordinario. Es una labor de actor que nos ha impresionado a muchos», indicó José Quetlas, del jurado oficial, que también estuvo compuesto por el alicantino Alfredo Navarro (Goya al mejor documental con Sueños de sal); el director Santiago Gómez; el actor Unax Ugalde; y la productora Claudia Pinto.

En cualquier caso, el premio a mejor actor fue finalmente para Juanjo Puigcorbé por Juegos de familia y, Félix Sabroso obtuvo la Tesela de Plata a mejor director con El tiempo de los monstruos.

El alicantino Gonzalo Eulogio fue, por su parte, el encargado de anunciar el ganador del Premio de la Crítica Sergio Balseyro que fue para Neckan, de Gonzalo Tapia. Una cinta que, para los críticos cinematográficos, es «elegante, intrigante y está muy bien ambientada» al abordar los desmanes de los marroquíes poco después de la independencia de Marruecos. «La intriga se mantiene de principio a fin, con una labor interpretativa muy buena la de Pablo Rivero», apuntó Eulogio en un jurado que estuvo además formado por Antonio Dopazo (crítico de INFORMACIÓN) y Augusto Francisco González.

Finalmente, en la sección de cortometrajes, los galardones estuvieron muy disputados, según comentaron los críticos y distintos miembros del jurado. De hecho, el galardón más importante (dotado con 1.500 euros, y acceso para la competición de los premios Goya 2017) fue ex aequo para La señora Jesusmari, de Aitor Arenas, y Normal, del venezolano Vadim Lasca.

En este sentido, cabe destacar el premio a mejor dirección para el cineasta alicantino Adán Aliaga con su corto The Walker; así como el de mejor guión que fue a parar al oriolano Pablo Riquelme junto a Stephen R. Scott por Dead Flowers.

Y, respecto a los disputados galardones que hacíamos mención antes, es una situación que vuelve a repetirse sobre las concesiones a los premios de mejor actor (para Íñigo Salinero, por La señora Jesusmari); y el de mejor actriz, a Nina Rancel por la cinta venezolana Normal.

«Ha sido una decisión muy difícil por el gran nivel que han mostrado los cortometrajes recibidos de todo el mundo», aseguró el cineasta José Quetlas en un palmarés que finalizó con dos premios más: el de mejor animación (para The Edge, de la rusa Alexandra Averyanova); y el de mejor corto europeo (dotado con 1.000 euros) para El orgullo de Sweeper, del alemán Matthias Koßmehl. También, en este marco, se entregó el premio Música para la Imagen a José Vinader, más conocido como «los oídos de la música del cine» ante una trayectoria de más de 40 años y 200 grabaciones.

Toda esta lluvia de galardones y reconocimientos se desarrolló en el ADDA (escenario que sustituyó al Teatre Arniches de la edición pasada) que cumplió con el público asistente (objetivo nada fácil ante los numerosos acontecimientos que se producían casi a su vez en Alicante) y con la presencia institucional del diputado de Cultura, César Augusto Asencio, y los concejales Natxo Bellido, Marisol Moreno y Fernando Marcos del Ayuntamiento de Alicante (el alcalde no apareció ni en la clausura ni en la inauguración, y lo mismo ocurrió con el edil de Cultura, Dani Simón).

Esta misma gala estuvo conducida por Luis Larrodera con ambientación musical a cargo del alicantino Javier Robles quien actuó en varias ocasiones. Hubo tiempo también para los discursos (como el del director del Festival, Vicente Seva, quien recalcó la importancia de este tipo de iniciativas culturales para la ciudad); y también pudo verse en la tradicional entrada con la alfombra roja algunas caras conocidas del cine y la pequeña pantalla como Fernando Esteso y Luis Miguel Seguí (La que se avecina).

Más allá de la gala de clausura, el Festival de Cine de Alicante continuó ayer con su programación que constaba de la proyección de cortos en el Panoramis con Ciberpunk Games de Andrés Romero; El caldero infinito de Jaime Maestre; Metáfora de Nicol Cerdá; Mi vida, mi mundo y yo de Juanjo Domenech; Piva de Jaime Quiles: Toc de Aaron Lillo; Un viaje incierto de Alejandro Díaz; y 4H Moira de Luis Laza Sánchez. También se pudo disfrutar del cine a la calle con dos películas: Los Minions 2 (en la Plaza la Pipa) y Mi gran noche, de Álex de la Iglesia, en la Plaza de Gómez Ulla.