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El museo sin paredes de Bagué

El autor aborda el diálogo entre las artes en La Menina ante el espejo, que presentó ayer

El museo sin paredes de Bagué

Picasso y la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial; Chagall y la importancia de la Torre Eiffel como emblema; Hopper y la soledad postmoderna; Antonio Berni y la dictadura argentina; Antonio López y los membrillos. Dicho así, suena raro. Pero ordenado en La Menina ante el espejo. Visita al Museo 3.0 se convierte en un viaje por la poesía, el arte, el cine y la historia. Lo ha hecho el poeta y ensayista Luis Bagué que firma este ensayo que no quiere serlo «para acercarlo al lector moderno y a la memoria colectiva» y que presentó ayer en Alicante.

Por eso propone un recorrido por un museo «sin paredes» a través de doce salas, cada una de ellas ocupada por un artista y una o varias de sus obras, a las que se unen versos que el autor relaciona con ellas y también una historia, con mayúscula en algunos casos, para contar hechos reales, y con minúscula en otros cuando desarrolla una ficción a partir de esa pieza artística.

«Es un libro con tránsitos entre el presente, el pasado y el futuro, rompiendo un poco la estructura de ensayo académico y con un discurso de otro tipo». Y es que Bagué, reciente ganador del Premio Iberoamericano de Relatos Cortes de Cádiz por el libro 5 capitales, introduce poesía y crítica de arte, pero también mensajes publicitarios, discurso narrativo y hasta pequeñas piezas teatrales. «Hay una descripción de un cuadro pero al mismo tiempo me invento la peripecia que puede haber en su interior». Como en el caso de Ave nocturna de Hopper. «Hay unos pájaros y yo me invento una trama pensando qué puede ocurrir ahí y confrontándolo con poesía también».

Para el escritor, se trata que «invitar a los lectores a viajar como si fuera un museo sin paredes, un discurso en el que aparecen elementos que tienen que ver con la literatura, la poesía, el arte, el cine... para ver los diálogos entre las distintas artes y de qué manera eso nos confronta con la memoria colectiva, la realidad contemporánea y la historia».

El autor de poemarios como Página en construcción y Paseo de la identidad pretende con estos lenguajes crear un ensayo «que juegue con los códigos audivisuales postmodernos y que sea una lectura amena, no quiero que sea un libro erudito sino que llegue a la gente», asegura.

Alrededor de un año ha llevado a este escritor la realización de este ensayo, en el que da «una vuelta de tuerca» para acercarlo «al lector moderno», con un título alusivo a Las Meninas de Velázquez, «que es el símbolo de la filosofía del libro, porque vemos la realidad de los Austria de la época pero también el propio artificio que hace Velázquez a la hora de plasmar el cuadro».

Y la poesía no podía faltar, con poemas que aluden a esos cuadros de autores del XX y XXI. «Yo no entendería este libro sin la parte poética porque es lo que enriquece este inventario de obras».

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