Los niños que salieron de un agujero negro, un cortometraje donde dos niños de 9 y 12 años dialogan sin tapujos con personas con enfermedad mental, se ha alzado con dos galardones en la tercera edición del Festival de Cortos y Salud Mental de Sevilla. El trabajo, dirigido por el alicantino David Esquivel, cuyo guion escribió con el dramaturgo Alberto Celdrán, obtuvo el Premio al Mejor Corto Documental y el Premio del Público en un certamen al que se presentaron más de doscientos trabajos de diferentes países y cuyas embajadoras son las actrices María Galiana y Ana Fernández.
La idea parte de la obra teatral con el mismo nombre que puso en marcha Celdrán hace un año en un laboratorio creativo del centro de día Doctor Esquerdo de Alicante. En el documental, Esquivel sitúa la cámara a la altura de los niños para acercarse a la enfermedad mental «a través de los ojos de los hijos de Alberto, Noe y Luar, de 12 y 9 años, sin los prejuicios de los adultos, sin los miedos de la sociedad hacia este colectivo».
Para ello, el corto introduce a los pequeños en el centro de Doctor Esquerdo y les pone en contacto con sus usuarios, personas que padecen alguna enfermedad o trastorno mental -bipolares, esquizofrénicos o esquizoafectivos, entre ellas, Anabel- y, a través de sus preguntas sencillas los niños van conociendo sus vidas e intentan entender su día a día. Para Esquivel, lo interesante es «el intercambio de perspectivas» y las «reflexiones» que los niños plantean para «eliminar esos errores de percepción que llegan por el desconocimiento», como la demanda de Noe pidiendo que los escolares, igual que visitan el Parque de Bomberos, vayan otro día de visita a Doctor Esquerdo.
Para el realizador alicantino de 32 años -cuyo anterior corto, Un par de ciegos, también recibió varios premios- este tipo de festivales temáticos «son necesarios para que estos trabajos no se diluyan porque lo importante es que se vean» y valora llevar en un futuro el corto a los colegios.
Esquivel, que ha trabajado en las tres últimas películas de Almodóvar, apunta que este trabajo «es un proyecto pequeño del que aprendes tanto que solo hacerlo es un premio. Me ha gustado mucho entrar en este mundo del que seguramente antes también yo tenía ideas preconcebidas».
