Miguel De la Quadra-Salcedo era más que un aventurero. Llevaba el periodismo en sus venas. Era un apasionado del Amazonas, de América, un libro abierto y sin numeración, porque sus conversaciones no tenían fin, y esa pasión la transmitió a miles de jóvenes que han participado en su gran proyecto, la Ruta Quetzal. Su muerte ayer en Madrid, a los 84 años, fue la noticia del día para esos miles de jóvenes, a los que su desaparición ha entristecido y les ha hecho recordar ese año en el que, como decía Miguel, descubrieron Hispanoamérica, pero también a ellos mismos.

Ese paso de niño a chaval que el «gran maestro» conseguía en tiempo récord, en algo más de un mes en el que este hombre entrañable y familiar se hacía rodear de todos los suyos para formar a los chicos no solo en conocimiento, también en valores, en el respeto. Y muchas veces eso suponía alguna lágrima, pero cuando aparecía Miguel ya no las había. Solo llegaban los últimos días, cuando se despedían unos de otros procedentes de países distintos.

Ayer se levantaron muchos de ellos con lágrimas en los ojos, pero también la emoción embargó a muchos periodistas. Todos los que participaron en La Ruta y a los que Miguel hizo descubrir y profundizar en la países y culturas como las México, Perú, Guatemala... En su historia, en su cultura, en sus gentes.... Conseguía despertar aún más la curiosidad, pero también «enamorar»" al responsable municipal en cuestión y a todos los que le rodeaban. Era un cautivador nato. Y este perito agrícola lo sería desde sus tiempos de deportista. Fue un excelente atleta, con varios récords nacionales en lanzamiento de martillo, disco y jabalina -inentó el lanzamiento a la española-, y llegó a participar en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960.

Después abandonó el deporte de competición y probó suerte en América con un trabajo como profesor de educación física en Chile, como guía turístico en el Amazonas y como colaborador del Museo Antropológico de Bogotá (Colombia). En 1963 volvió a España y en 1964 empezó a trabajar como reportero para TVE, donde debutó con un reportaje titulado Las monjas españolas en el Congo. Fue pionero en la televisión nacional al ser nombrado en 1967 primer delegado de TVE en Sudamérica.

Y en los años 70 formó parte del primigenio grupo de reporteros que contaron en España los sucesos más relevantes del siglo XX. Así, el De la Quadra-Salcedo reportero y entrevistador se colocó en esa época frente a personajes de la talla de Pablo Neruda, Indira Gandhi, Salvador Allende, Yassir Arafat y el Dalai Lama en espacios como Los reporteros o El mundo en acción. Después llegaron Un nueva aventura o A la caza del tesoro.

En 1979, por sugerencia del rey Juan Carlos con el objetivo de consolidar los cimientos de la Comunidad Iberoamericana entre la juventud, realizó su primera expedición por el Amazonas, proyecto que retomó con la celebración de un viaje anual desde 1985: América-92, Aventura-92 y la Ruta Quetzal. Precisamente en 2009 en ese viaje rindió homenaje a Jorge Juan y un año antes estuvo en Alicante para hablar de la gesta del doctor Balmis.

A lo largo de su trayectoria recibió numerosos galardones, como el Español del año (1973), Premio Javier Bueno de la Asociación de la Prensa (2003) y Premio Toda una Vida 2004 que concede la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV).

Por deseo expreso de la familia, la capilla ardiente y el funeral tendrán carácter íntimo.