Hace 15 años, las salas temporales del MARQ comenzaron a iluminar el mundo de la arqueología en Alicante. Ahora, tocaba un cambio y ha llegado con la sustitución de la luminaria de las salas permanentes. El objetivo principal de esta campaña, cuyo coste se eleva a 214.602,55 euros, pasa por buscar el ahorro y la optimización de recursos. Pero también por la adaptación a la nueva normativa de sostenibilidad y, de paso, a la mejora de la visibilidad para los visitantes y de la conservación de las piezas.

Aunque parece imposible creer que el Museo Arqueológico de Alicante a partir de ahora funcionará con una potencia equivalente a la de una casa media, la realidad tumba las dudas. Y es que la sustitución de bombillas habituales por otras de bajo consumo y led han rebajado la contratación de potencia para estas salas de 80 a 3 Kw, es decir que se ha conseguido una disminución del 97 por ciento. Esto en si mismo ya constituye una disminución de la factura muy significativa.

Pero no queda todo ahí. Si la vida útil de una bombilla era de 10.000 horas, en las instaladas ahora se estima en 50.000 horas. Todas estas sumas y restas de cifras llevan a un ahorro final anual estimado en 48.000 euros, «lo que significa que la inversión realizada estará amortizada en cinco años», asegura el director del área de Arquitectura de la Diputación, Rafael Pérez, encargado de este proyecto junto a los ingenieros Jorge Sempere Gisbert y Josep Soliveres Sifre.

«En un edificio como éste que está abierto prácticamente todo el día, las lámparas se iban fundiendo y después de hacer pequeños experimentos con algunas vitrinas nos dimos cuenta de que había que ir a por ello, aunque la inversión fuera potente», afirma el arquitecto.

Además, el cambio de iluminación ha contado también con el arqueólogo especialista de cada sala, que ha sido quien ha dado su punto de vista y opinión para aprovechar y optimizar la visibilidad de las piezas en las vitrinas y las proyecciones.

Con este cambio en las salas de Prehistoria, Iberos, Cultura Romana, Edad Media y Edad Moderna se ha actuado también en un aspecto importante en los edificios actuales: la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Por este motivo, se cumplen también las normas europeas de eficiencia energética.

Otro dato. La emisión de CO2 a la atmósfera con las instalaciones anteriores se cifraba en 221 toneladas al año. Con las nuevas luces, esta cantidad se ha reducido a 6 toneladas al año, lo que supone un 97 por ciento menos, cantidad nada desdeñable.

Y en cuanto a la conservación de las piezas la mejora también es sustancial, ya que, según apunta el director del MARQ, Manuel Olcina, se ha minimizado la emisión de calor de las luminarias por lo que la oscilación de la temperatura «ahora es cero».