La anécdota es conocida pero conviene recordarla ya que aprisiona un punto de inflexión en la vida de Azorín: el periodista alicantino recorre como cronista de viajes varios puntos de España cuando en el balneario de Ontaneda le confunden por un terrorista anarquista que va a atentar contra la vida del presidente del Gobierno, Antonio Maura. Azorín resulta detenido aquel verano de 1904, por prevención más que por pruebas, debido al asesinato todavía palpitante en la sociedad de la época de Cánovas del Castillo en el balneario de Santa Águeda por el anarquista Angiolillo en agosto de 1897. Por aquel incidente, Maura se disculpó y, entonces, comenzó una relación de amistad que desembocaría en el ingreso en política de Azorín años después.

Todos estos acontecimientos fueron narrados por el periodista alicantino en las crónicas de viaje de Veraneo sentimental, que vuelven a ver la luz en la edición preparada por el profesor Miguel Ángel Lozano Marco y editada por Biblioteca Nueva junto al servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante.

Una obra imprescindible si queremos adentrarnos en el primer Azorín (el estreno de su nueva firma es reciente) ante unas crónicas donde «el disfrute estético es una experiencia inagotable», afirma el catedrático de Literatura Española de la UA, Miguel Ángel Lozano.

Estos escritos provienen del diario España y ABC (1904 y 1905) donde priman el interés por el paisaje; la meditación filosófica; la observación; el lirismo intimista; la presencia de lo cotidiano a la sugestión poética y, sobre todo, el vivo interés por la literatura que Azorín engancha y lo devuelve a las páginas del periodismo, que sin duda hoy vendríamos a considerar un ejercicio de verdadero periodismo cultural.

Para todo ello, el periodista alicantino visita y se entrevista con el maestro Galdós; nos lleva de la mano ante el célebre poeta Rubén Darío en Asturias; y nos pasea por la biblioteca de Clarín quien, ya fallecido, vuelve a trasladarlo así a la primera línea de la actualidad con un sentido homenaje.