Ha costado, pero ahora todo está atado. El montaje teatral a partir de la novela más premiada de Rafael Chirbes, En la orilla, está lanzado. Será además la primera producción escénica para adultos en la que se embarca la Diputación de Valencia en esta nueva etapa. Aunque quizá no sea la primera en representarse, porque el proyecto es laborioso, con muchas partes implicadas. La responsable provincial de Teatros, Rosa Pérez Garijo, cerró esta semana el acuerdo con la veterana compañía valenciana que va a participar en la aventura, La Pavana, y el resto de actores implicados.

Los ensayos comenzarán a final de año y En la orilla llegará a las tablas del Teatro Principal, propiedad de la diputación, a finales de mayo de 2017, en el periodo que la sala está en manos de la institución provincial y no de CulturArts, que lo gestiona la mayor parte del año. Antes, el montaje se habrá visto en Alicante y Madrid. De hecho, la obra se estrenará en el Teatro Principal de Alicante en febrero de 2017. El Centro Dramático Nacional y la compañía vasca K Producciones son las otras patas de esta anhelada y compleja iniciativa.

Todo empieza en 2014, antes del Nacional de Narrativa y el resto de premios que llovieron a En la orilla. Bastante antes de la muerte del escritor valenciano (Tavernes de la Valldigna, 1949 - Beniarbeig, 2015).

Todo empieza por el empeño del vasco Adolfo Fernández, uno de esos «locos» del teatro que igual interpretan que dirigen y escriben. Le fascinó la novela y le espoleó la adaptación televisiva de Crematorio, el libro anterior de Chirbes, con el que comparte territorio (el imaginario y reconocible Misent), ansia estética y denuncia de un sistema tan podrido como sus habitantes.

Contaba además con la experiencia de su compañía, K Producciones, especializada en meter el dedo en llagas sociales (Ejecución hipotecaria) y en la adaptación de novelas de autores vivos (La flaqueza del bolchevique, de Lorenzo Silva).

Chirbes no verá la versión teatral, pero sí conoció el proyecto, autorizó la cesión de los derechos y, a su manera, le dio la venia. A su manera, porque Chirbes sostenía que lo que hicieran con sus novelas ya era cosa de los otros, quienes osaran atreverse, no suya.

Cuando se empezó a hablar del proyecto, la idea era estrenar en 2015. Finalmente la obra va a ser realidad en 2017. Da idea de la complejidad de una aventura que ha requerido de partes diversas.

Fernández dirigirá la obra. La adaptación la firma él mismo con Ángel Solo. El grupo vasco creía imprescindible que Valencia estuviera implicada y ahí entra La Pavana. Después vino la búsqueda de un respaldo institucional.

La compañía valenciana llamó a la puerta de CulturArts, pero el momento de transición en la entidad pública impidió que las conversaciones avanzaran. Entró entonces en juego la diputación, que cuenta con un presupuesto de 400.000 euros para teatro.

A Rosa Pérez, confiesa, le entusiasmó el proyecto. Por Chirbes y por el contenido del material. La colaboración se ha concretado en una aportación de 30.000 euros y en la apertura del Principal dentro de algo más de un año para acoger un periodo de representaciones.

Rafael Calatayud, actor y director artístico de La Pavana desde su creación (1983), dará vida a Francisco, uno de los protagonistas. La alicantina Sonia Almarcha y el propio Adolfo Fernández son otros de los intérpretes confirmados. Hasta siete forman el reparto de un espectáculo que José Alberto Fuentes, productor de La Pavana, define claramente como de «teatro público», alejado de la vía comercial por su ambición escénica y su contenido. Al final, En la orilla será no solo una de las novelas esenciales de este principio de siglo XXI, sino también dos horas de teatro. Tan vivo como la literatura de Chirbes.

Vinculación con la Marina Alta

La vinculación de Rafael Chirbes con la provincia de Alicante no solo se refleja con el estreno de «En la orilla» en el Teatro Principal de Alicante el próximo año sino que quedó plasmada a lo largo de su vida, ya que estuvo muy ligado a la comarca de la Marina Alta. Chirbes leía y escribía desde su refugio alicantino en Beniarbeig. Vivió en Dénia y aunque no le gustaba mucho los viajes y encuentros literarios, en 2012 y 2015 asistió a citas en el Instituto Alicantino Juan Gil-Albert. También estuvo en el Aula de Cultura de la CAM de la Fundación Caja Mediterráneo.