Una apuesta segura. Si hay un pintor reconocido y reconocible que casi un siglo después de su muerte sigue llenando las salas de exposiciones ese es el valenciano Joaquín Sorolla. Las dos exposiciones realizadas en los últimos años en el Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante (Mubag) registraron más de 35.000 visitas y la inaugurada ayer, Sorolla íntimo. Bocetos de Visión de España, puede ser también un éxito. Tal vez por eso, porque exhibir «sorollas» cuenta con el aplauso del gran público, hubo un desembarco de autoridades culturales desde Valencia. Pero el Sorolla que se puede contemplar hasta el 1 de mayo no es el de sus pinturas icónicas e identificables a primera vista, lo que se expone ahora son los bocetos, tan monumentales como sus lienzos, que el pintor realizó sobre papel para los 14 paneles de Visión de España que decoran la biblioteca de la Hispanic Society of America de Nueva York. «Tiene un público fiel y despierta mucho interés», apunta el diputado provincial de Cultura César Augusto Asencio

Entre 1911 y 1919 Sorolla viajó por España para captar las costumbres, los colores, las fiestas de un país que se asomaba a los cambios del siglo XX, pero convirtió el encargo del hispanista Archer M. Huntington -fundador de la Hispanic Society- de reflejar la historia de España en su visión de los elementos lúdicos de un país. «Sorolla convence a Huntington y reorienta su encargo hacia cuadros de las regiones, un enfoque entonces algo avanzado, es un elemento regeneracionista», explica Felipe Garín, director del Consorcio de Museos de la Comunitat: «Son imágenes positivas de España, diez años después de la guerra de Cuba, en las que evita los toros y la violencia. Estos bocetos nos adentran en su pensamiento. Sorolla tarda mucho en escoger el tema, duda mucho, por eso es un Sorolla íntimo, porque desnuda al Sorolla de los últimos diez años».

En esa década de estudios preliminares, el pintor visita repetidamente Alicante -ciudad desde la que pintaría el Palmeral de Elche- y esa huella se observa en un gran boceto de esta muestra en la que aperece escrito «Alicante» junto a otras costas españolas.

La restauración de estos bocetos ha supuesto un gran reto técnico durante un año y medio, que llevó a los profesionales del Instituto Valenciano de Conservación de Obras de Arte a realizar un curso de técnicas japonesas al estar plasmados sobre un papel muy adecuado por su textura y rapidez en el trazo pero de mala calidad, como explicó ayer la comisaria Carmen Pérez. «Ha sido un trabajo arduo pero muy gratificante. Son obras muy vivas, de gran fuerza», abunda. El secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, cifró en 254.000 euros el coste de la restauración de unas obras que luego visitarán Castellón antes de volver a Nueva York. Girona se felicitó de la colaboración entre instituciones que han hecho posible esta muestra en Alicante (Generalitat, a través de varios organismos, Fundación Bancaja y Diputación) «independientemente de su signo político».

Entre los asistentes a la presentación de la Sorolla íntimo en el Mubag se encontraba ayer su bisnieto Miguel Lorente, quien calificó de «extraordinaria» la muestra: «Es un lujo breve poder disfrutarla ahora en Alicante». Para Lorente, la contemplación de los 32 dibujos permite entrar «en la mente» del creador «cuando está pensanso cómo será esa obra futura. Trabaja para sí, sin pretender hacer nada más bonito de lo que debe ser». Tras su experiencia con el panel de Castilla, para el que sí realizó un boceto de conjunto, Sorolla se sumergió en composiciones parciales, modificando sus ideas iniciales, incluso superponiendo unas sobre otras, que derivarían en los paneles americanos de la Hispanic Society: más de setenta metros lineales y una altura de tres metros y medio. Para la ocasión se ha editado un catálogo que solo se puede adquirir en la librería de la Generalitat en la Casa de las Brujas.