«Yo quiero estar muchas veces nominado porque es una sensación estupenda. Hay quien se lo toma como una competición de verdad, se obsesiona con ganar y se decepciona si pierde, pero eso es absurdo. Esto es la fiesta del cine y yo voy a pasármelo bien», apunta el compositor Luis Ivars, candidato al premio a la mejor canción original por segunda vez consecutiva y carente de nervios, como buen veterano: «Le estoy cogiendo el gusto a esto de ir a la gala y me lo pienso pasar de maravilla porque tengo un 1% de posibilidades de ganar», opina.

Lo dice porque su tema electro-latino, Cómo me mata el tiempo, compite, entre otros, con Palmeras en la nieve, compuesta por Pablo Alborán y Lucas Vidal. «Es la favorita y no pasa nada. Tiene mucha más promoción, ellos van a El Hormiguero, yo al Gil-Albert...», bromea, ya que ayer el Instituto Alicantino de Cultura reunió a los cinco alicantinos con trabajos que aspiran a los Goya que mañana entrega la Academia de Cine.

«Ya llevo dos nominaciones y yo creo que a la tercera va la vencida. Además, ya tengo hecha la canción de la película del próximo año; solo falta que la nominen», añade, tras recordar que en la cena de los candidatos de la semana pasada en Madrid, el cineasta Fernando Colomo le dio ánimos al indicarle que, después de tantos años en el cine, «él compite este año por el premio al mejor actor revelación, así que aún hay tiempo».

Para María Lorenzo, joven torrevejense que ya fue preseleccionada en otra edición anterior, su candidatura con el corto de animación La noche del océano le está permitiendo ver «un mundillo que no conocía» porque los cortometrajistas «nos movemos en festivales de mucho menos glamour, a los que vamos con vaqueros y aquí hay no puedes hacer eso ni loca, hay que ir de estricta etiqueta», apunta ilusionada de vivir «una experiencia única en la vida».

Para su etiqueta ya tiene vestido preparado, «por su puesto, si no tendría problemas» y reconoce que la cena de candidatos resultó «muy agradable» y a ella acudió «muy relajada», a pesar del photocall en la entrada.

«Yo lo vivo ya como un premio y nunca se sabe si lo ganarás, pero para mí sería bastante inesperado que me lo dieran», afirma María, que no sabe cómo llevaría los nervios en caso de que resultar ganadora porque «hablar ante un auditorio de tanta gente debe de imponer».

Su trabajo, que compite con el del valenciano recientemente fallecido Paco Gisbert, Honorio, «es un tipo de corto poco habitual, hecho a mano, con pintura animada, muy artesanal» y la nominación «es un gran apoyo para un corto».

Los noveldenses Jesús y Alfredo Navarro, productor y director de Sueños de sal, película rodada con la implicación de todo el pueblo de Novelda que aspira a mejor documental, no se creen aún lo que les pasa.

«Al principio controlaba más los nervios pero desde hace dos días ya empiezo a estar nervioso porque te das cuenta de la dimensión que tiene esto, ves que no es ninguna tontería», señala Jesús, que si al principio estaba convencido de su triunfo «ahora lo veo difícil porque son muy profesionales y estoy preparado para poner cara de fracaso», bromea, aunque añade que «el nuestro es más creativo, más atrevido, y hay esperanza porque nuestra historia es muy bonita y si la han elegido es porque han visto algo, así que puede pasar lo que sea».

En caso de ganar, ya sabe que su discurso solo puede ser de un minuto de duración «y voy a pelo, no me lo preparo porque, si no, me lo voy a creer mucho», aunque baraja «decirle a Penélope Cruz que suba conmigo al escenario» y añade que, si lograra el Goya, su hija le ha dicho que se toque la oreja para dedicárselo.

En su primera inmersión en el cine español y en la ceremonia de los premios, reconoce que «todo es muy espectacular porque te metes en un mundo que no es el tuyo» y también «te das cuenta de lo duro que es hacer cine»

El director, Alfredo,coincide con él en que «conforme se acerca la fecha estoy cada vez más nervioso y eso que no pienso en ganar porque ya es un premio estar. Si nos lo llevamos, será genial y si no, pues nada, bastante es que un proyecto humilde llegue a los Goya. Para una ópera prima es ya una recompensa».

Él sabe que, por protocolo, si vence Sueños de sal quien recoge el premio es el productor «así que tengo esa tranquilidad de que yo no tengo que decir nada, aunque ganas no me faltan», para poder dedicárselo «a la gente que ha trabajado y a la familia». Eso sí, elegir el traje le ha llevado de cabeza «pero iré bien guapo».

El dibujante de San Miguel de Salinas Paco Sáez no saldrá al escenario porque no hay premio para el mejor storyboard, pero se siente recompensado por haber dirigido el guion gráfico de la exitosa Atrapa la bandera, de Enrique Gato, que ya acumula galardones «y el Goya sería un pleno al 15». No obstante, cree que «a veces los Goya premian lo menos comercial y esta es la segunda más taquillera del cine español, aunque es verdad que somos favoritos». Sáez, que acude también a la gala, vive la experiencia «con mucha alegría porque sienta muy bien que reconozcan un trabajo de mucho tiempo y mucho cerebro».