La Fundación Caja Mediterráneo dio ayer los primeros pasos para «empezar a andar» con el desarrollo de actividades en sus centros. Después de prácticamente tres años sin ver movimiento en sus espacios, salvo algunas excepciones, ayer, el patronato de la fundación reunido en Alicante aprobó un borrador de presupuesto de 682.000 euros para llevar a cabo proyectos a lo largo de 2016 en sus tres áreas fundamentales: solidaridad, cultura y medio ambiente.
De esta cantidad, que puede sufrir modificaciones, 200.000 euros se destinarán a la organización de actividades en los espacios que tiene la fundación en Murcia, mientras que el resto se distribuirá en los centros de Alicante, el grueso, y Valencia, según indicaron los patronos Manuel de Barros y Miguel Valor.
Por áreas, la solidaria será la que reciba la mayor dotación económica, con alrededor de 283.000 euros, mientras que unos 200.00 se destinarán a actividades culturales y 197.000 euros a programas medioambientales.
Dentro del área de cultura, se dio luz verde a la creación de la nueva Cinemateca del Mediterráneo Cinemateca del Mediterráneoen el Aula de Cultura de Alicante, que dirigirá Paco Huesca, con un presupuesto inicial estimado de 24.000 euros para su puesta en marcha. La fundación quiere que este proyecto sea una realidad cuanto antes, para dar continuidad a los ciclos de cortometrajes ya iniciados un lunes de cada mes en este espacio, y su apertura está prevista para finales de febrero.
La creación de la Cinemateca del Mediterráneo cubrirá, de momento, el vacío que dejará a final de mes la marcha de la empresa que gestiona el Teatro del Mediterráneo, un ilusionante proyecto que culmina este fin de semana -con la danza de Cesc Gelabert y la música de Nes- por dificultades económicas, y para cuya continuidad la fundación ya estudia otras propuestas. De este asunto no se tomó ninguna decisión definitiva en la reunión de ayer.
Por otra parte, en el área solidaria y medioambiental se acordaron diversas líneas de ayuda con programas destinados, entre otros asuntos, al apoyo de emprendedores sociales, ayudas a la reincorporación social de personas, a la gestión de proyectos de inserción laboral de discapacitados, al fomento de turismo sostenible o a becas de investigación naval.
«Esto es un adelanto para empezar a hacer cosas y trabajar por la sociedad alicantina, que se note que después de un tiempo de dificultades esto empieza a tener vida», indicó Manuel de Barros, que reconoció que la búsqueda de nuevos ingresos es una de sus prioridades. La fundación no descarta poner en marcha un Monte de Piedad para ello, «estamos viendo las posibilidades que tiene», e intentará buscar patrocinadores externos que puedan realizar aportaciones económicas.
Recuperación de obras
Los patronos destacaron la buena noticia con la que comienza el año la fundación gracias a la recuperación de las cerca de 3.000 obras de arte pertenecientes a la Colección CAM, valoradas en 6,8 millones de euros, a cuya devolución se ha comprometido el Banco Sabadell tras la «buena sintonía» habida entre ambas instituciones.
A su vez, el hecho de destinar por primera vez en la nueva etapa un presupuesto de 680.000 euros para el desarrollo de actividades durante el presente año supone inyectar oxígeno a una entidad «para empezar a levantar el vuelo», indicó el patrono Miguel Valor, ya que el pasado año apenas hubo actividad en sus centros.
El Aula de Cultura de Alicante es un ejemplo de ello, ya que este lugar ha permanecido prácticamente tres años sin actividad hasta el pasado año, cuando se proyectaron unas cuantas películas en versión original. En octubre, la empresa Butaca de Patio fue cuando empezó a ofrecer una programación de artes escénicas de calidad y también cuando se «reinauguró» la sala de exposiciones.
