Fue en el año 1998 cuando el IVAM dedicó una exposición monográfica a Eusebio Sempere (1923-1985) en Valencia. Hasta allí se llevó la muestra antológica organizada en Alicante, con el respaldo de la Diputación y del Instituto Valenciano de Arte Moderno, y que se expuso en la Lonja. Desde entonces, Valencia no ha montado desde las instituciones públicas ninguna muestra sobre el artista alicantino, uno de los máximos representantes españoles de la abstracción geométrica, con obras en los fondos de las mejores colecciones y museos, como el Reina Sofía.
Dieciocho años después, el artista de Onil volverá a ser protagonista de una individual y también viajará desde Alicante. Eusebio Sempere/Abel Martín. La música de los números que no existen es el título de la exposición que hasta mañana se puede ver en el MACA y que la semana que viene se instalará en el Centro del Carmen de Valencia, donde se inaugurará la primera semana de febrero y se podrá visitar hasta finales de abril. La muestra, organizada por el propio centro alicantino con motivo del Año Sempere -30 años de su muerte-, en colaboración con el Consorcio de Museos, reúne por primera vez nueve de las diez carpetas de grabados realizados por el artista con los textos que acompañan a cada una de ellas y, además, reivindica el papel de Abel Martín en esta producción serigráfica.
Todas las carpetas de grabados está acompañadas o inspiradas en textos literarios, «una relación que queríamos mostrar, ya que nunca se habían expuesto las obras y los textos», asegura Rosa Castells, conservadora de las colecciones municipales.
La muestra empieza con Las cuatro estaciones, realizada en 1965, 4 obras originales estampadas por Sempere y Martín, acompañadas cada una por un poema de Pedro Laín Entralgo. Le sigue Álbum Nayar, de 1967, cuatro serigrafías con otros tantos poemas del poeta uruguayo Julio Campal. La tercera carpeta es Libro alarma, de 1976, libro integrado por 8 obras que ilustran poemas visuales de José-Miguel Ullán, todos estampados por Abel Martín.
Transparencia del tiempo, fechada en 1977, se compone de 5 trabajos a las que acompañan otros tantos poemas del poeta egipcio Edmong Jabès. Después se puede ver La Alhambra, de 1977, que consta de 9 serigrafías y 13 hojas de texto que incluyen una introducción de Rafael Alberti y fragmentos de poemas de poetas árabes. Un año después, en 1978, firma Homenaje a Gabriel Miró, con 8 serigrafías, un poema introductorio de Gerardo Diego y fragmentos de textos de Miró.
Siete obras forman parte de La luz de los salmos, de 1980, con textos de Juan Cantó y siete fragmentos bíblicos impresos en hebreo y en castellano. Le sigue Cántico espiritual, de 1982, con siete serigrafías y otros tantos textos de San Juan de la Cruz, y termina con Las cuatro estaciones, de 1988, la carpeta que empezó Sempere y ya no pudo acabar, con cuatro fragmentos musicales.
El concejal de Cultura, Daniel Simón, resaltó que «es importante que Valencia tenga conciencia de que el Año Sempere ha sido algo serio y también que allí conozcan la labor del MACA, como un centro con capacidad para hacer exposiciones propias».
Además, destacó que «traer exposiciones que se hayan producido desde Valencia es fácil y nos puede ayudar a llenar programación, pero nuestros museos de arte tienen que dinamizar la cultura local y eso pasa por hacer producciones propias; ha quedado demostrado que hay capacidad pero no había financiación».
Para el director del Consorcio de Museos, Felipe Garín, supone «el reencuentro de Sempere con Valencia», con una exposición «muy estudiada y bien montada», a la que calificó como «muy importante para el Consorcio y para Valencia». También resaltó la labor que se está realizando desde el MACA, «al que vemos como una referencia del arte contemporáneo en la Comunidad Valenciana».
