La imaginería religiosa, los monumentos públicos y funerarios, las esculturas, el busto de Goya de los premios de la Academia de Cine, las pinturas... Estas son las vertientes artísticas más reconocibles de Mariano Benlliure (1862-1947). Sin embargo, hay una parte destacada de su producción que ha trascendido en menor medida aunque con una exquisita calidad. Se trata de los elementos ornamentales que el pintor y escultor realizó en diferentes edificios. Recuperar y mostrar ese trabajo es el objetivo de la exposición Mariano Benlliure: anécdotas ornamentales, que se inauguró ayer en el Mubag de Alicante, donde permanecerá hasta el 4 de septiembre.

Una pequeña muestra pero que aporta un gran valor sobre la figura de este artista valenciano que tuvo una gran relación con la provincia de Alicante, sobre todo con Crevillente, donde desde 2012 se encuentra el museo que lleva su nombre. Precisamente de este centro proceden las cinco piezas que conforman esta exposición y que ahora ocupan el espacio Reconocimiento Internacional, en la muestra permanente El siglo XIX en el Mubag.

Dos de las obras que se exhiben al público han salido por primera vez de Crevillente: Idilio, una cerámica vidriada que rodeaba la fachada exterior de su casa estudio de Madrid, y La danza, un friso de escayola que realizó para esa misma vivienda. «Idilio representa una mujer con una elegancia y un movimiento muy logrado», aseguró Joserre Pérezgil, directora del Museo de Bellas Artes Gravina, durante la presentación de la muestra. En cuanto a la segunda de las piezas, «representa tres figuras clásicas con un movimiento que sorprende».

Las otras tres obras que conforman la exposición son Armonía, un relieve clásico «espectacular», para el palacio Bauer en Madrid, realizado en mármol de carrara, que «representa una escena clásica en la que dos figuras tocan distintos instrumentos». También un zócalo de bronce que rodeaba uno de los salones del palacio Bauer y, la pieza estrella de la muestra, La bacanal, una monumental ánfora de bronce colocada sobre un pedestal triangular de mármol. Esta obra la realizó Benlliure durante su estancia en Roma y posteriormente hizo una réplica que colocó en su día en el jardín de su casa-estudio.

La bacanal, con una altura total de 2,40 metros, «tiene unos relieves espectaculares» y se podrá ver en movimiento, ya que «Benlliure cambió la peana para que girase y hemos conseguido que se muestre en funcionamiento», destacó Pérezgil.

La exposición se completa con unos paneles con textos y fotografías ilustrativas de la época, imágenes de la ubicación original de las piezas y la trayectoria del artista y su vinculación con Alicante. Igualmente se ha reservado un apartado al Museo Mariano Benlliure de Crevillente y su implicación en el proyecto.

El diputado de Cultura, César Augusto Asencio, también alcalde de Crevillente, localidad para la que Benlliure realizó nueve pasos de Semana Santa, aclaró que esta exposición se cerró a principios del año pasado para ocupar este espacio de Reconocimiento Internacional y señaló que a cambio de la cesión de estas cinco piezas, el Mubag trasladará a ese centro la colección Bañuls durante un tiempo para una exposición temporal, «como un ejemplo de colaboración entre ambas administraciones».